Tal y como explique en el primer relato para presentar la vida de Mika, esta es la segunda parte de nuestra historia.
Cuando salimos del restaurante le puse la mano en el culo, le subí la falda unos 10 centímetros y se mantuve sujeta. Cualquiera podía verle la raja del culo y ver que no llevaba bragas.
Así estuvimos paseando una media hora por el centro de la cuidad a una hora bastante concurrida. Mika esta roja, pero no de vergüenza, sino de ira. Aun así se tuvo que contener, sabia que a la primera muestra de rebeldía se vería en la calle.
- A donde vamos? – preguntó.
- Ahora mismo, a coger un taxi que nos lleve a casa.
- Y después?
- Después nos quedaremos en casa toda la tarde. Saldremos a cenar a un buen restaurante y después volveremos para seguir profundizando en nuestro acuerdo.
No dijo nada, pero se podía imaginar lo que pasaría. Sentía sus temblores a través de la piel del culo, que aun estaba descubierto. Nos metimos en un taxi y le indique la dirección. Era un viaje de casi una hora y Mika se temía lo peor. Seguro que intentaría tener sexo con ella en el coche. Pero la ignore durante todo el viaje.
- Y que me pondré esta noche?. Todas mis cosas están en la otra casa.
- No te preocupes por eso. Tienes un vestuario completo con todo lo que necesites.
- Lo compraste tú?
- Claro
- Y como sabes mis tall….?
- Lo se, y eso basta. Te quedara todo bien.
Llegamos a la casa de campo, muchos kilómetros lejos de cualquier lugar ...
... habitado. Pague al taxista y entramos en la casa. No le quise dar tiempo ni de pensar. La cogí de la mano y la lleve a la cocina. Allí hay una mesa de cocinar baja y estrecha. La hice ponerse frente a ella y me puse detrás de ella. Levante su falda por completo dejando su culo completamente a la vista. Lo tenía frio de haber estado descubierto toda la tarde. La hice inclinarse y apoyarse en la mesa. Estaba tan inclinada que tenia el culo y el coño a la vista, muy húmedos los dos, por cierto.
- Que vas a hacer?, Te dije que eso no quiero.
- Tú ya no puedes querer nada, No puedes ni hablar sin mi permiso.
Y sin darle tiempo a nada la ensarte por el culo. Sin lubricante ni nada. Era virgen como me había dicho y sentí por completo. Mika se quedo tan sorprendida que no supo ni reaccionar. Pero de inmediato me sintió dentro de su culo. Y eso dolía, y mucho. Grito, chillo, lloro.
- Aayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
- Eso duele, por dios!!!!
- Sácala, por favor, no sigas, duele muchoooooooo
- Aaaaaaaaaah, Aaaaaaaaah
Me quede quieto dentro de ella mientras lloraba. Quería que se calmara antes de empezar a empujar de verdad. Después de un rato se calmo un poco, pero aun sentía sus temblores de dolor a través de mi verga. Y empecé a empujar, con fuerza. La mesa estaba clavada al suelo, así que no había peligro por eso. Entonces si grito, y mucho. La embestía con furia, con toda la fuerza que me daban las piernas. Tanto que le deje marcado el borde de la mesa en las piernas. Lloro y ...