Fecha: 04/07/2017,
Categorías:
AnalSexo con Maduras
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... comía con la mirada nada indiscreta e indisimulada. Y era comprensible. La mujer madura tenía tanto que ofrecer que era imposible no echarle los ojos encima.Sus senos eran firmes y redondos, de tamaño más que aceptable, las amplias caderas y sin un gramo de grasa se marcaban bajo el vestido de estampados verduzcos como invitación perfecta a tomarlas. Por su parte, los fuertes glúteos, las piernas generosas y bien torneadas resultaban toda una tentación para el joven.Los rizados cabellos azules resbalándole en forma de largo mechón por un lado de la cara, dejándose caer sobre el respaldo del sofá Virginia se acercó a él, cada vez más. No resultó nada difícil de seducir, en realidad tan fácil como cualquier otro. Da igual jóvenes que maduros, los pobres son tan primitivos y fáciles de atrapar. Solo una simple insinuación, una sonrisa cómplice y algo provocativa y enseguida caen como pardales. Todo aquello a ella le divertía, tenerle tan débil y a su merced, ser ella la que llevara las riendas de la cazaY Carlos se lo ponía tan fácil, estaba segura que cualquier cosa que le pidiera se la daría al instante sin rechistar lo más mínimo. Pobre muchacho, era hermoso… realmente hermoso –pensó para sí misma mientras por la cabeza le corrían miles de pensamientos a cual peor. Carlos era espigado y delgado, educado, tan mono y bien parecido que una vez lanzada, ya no supo parar. Los ojos del chico se la comían de forma tan descarada, que aquello supuso la mecha que encendiera por ...
... completo el interés de ella.El prolongado escote barco del vestido remarcaba el generoso busto en el que el muchacho quedó embebido imaginando lo que el mismo escondía. Tantas pajas se había hecho imaginándolo, que en ese momento creía iba a explotar entre las piernas. Aquella mujer le tenía loco de hacía ya mucho, ya había sido la fantasía en sus sueños de adolescente, de manera que tenerla allí y tan cerca de uno resultaba imposible mantener la calma. No escuchaba lo que ella le decía, hechizado por la imagen de tan hermosa parte de la anatomía femenina.El pronunciado canalillo se ofrecía sin reservas frente a los ojos del chico, al tiempo que la mirada de ella caía sobre el bulto que el pantalón a duras penas podía esconder. Virginia se relamió al ver el estado en el que el chico se encontraba. Aquello no engañaba ni podía ocultar el interés que el joven mostraba por ella. La tentación hecha mujer cayó sobre él, atrapándole en su mirada perversa, en esos labios rojos y jugosos que pedían ser besados. No pudo escapar. Cogiéndole el rostro con la mano, le acercó los labios quedando fundidos en el primero de los besos, apenas un mínimo piquillo de aceptación por parte de ambos.Nada más separarse, ella se echó la mano al busto alcanzándoselo pronto el muchacho al comenzar a reconocerlo con cierta timidez.- ¿Te gustan verdad? –preguntó la mujer apretándose el pecho de manera sugerente entre los dedos- Sí señora –solo pudo carraspear sintiéndose intimidado por la madura.- ¡Vamos, no ...