Fecha: 16/12/2017,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: hotmind, Fuente: RelatosEróticos
Saludos
Mi nombre es Claudia tengo 24 años. Por motivos de estudio me mudé a la capital dejando mi ciudad de toda la vida con mis amigas, la tranquilidad y el permanente clima de invierno. Busco conocer alguien con quien compartir y recrearse.
Así era el texto con que me presentaba en tinder, aparte de un par de las mejores fotos que pude sacar, con el ángulo preciso para ocultar mi principal defecto, nací con labio leporino, una malformación congénita donde el paladar se abre y la persona puede nacer con el labio superior partido o sin él. En mi caso fue una partidura casi al centro. He tenido varias operaciones dejando hoy una leve hendidura, lo que me ha dificultado conseguir novio además de burlas y desprecios. Me considero tranquila y tímida, por lo que la soledad en la nueva ciudad fue un gran problema para mí, teniendo un par de amigas, no conseguía conocer un chico . Después de pensarlo me atreví con la app y tuve varias respuestas e interesados, ya que, las fotos que publique no mostraban de todo mi boca. Soy de contextura delgada, bien blanca, pelo negro, balanceada en mi figura, de lindos ojos café. Nada llamativo, y aun así recibí cientos de match. La mayoría de los chicos solo querían ligar, pidiendo wasap y fotos sugerentes ó de rostro a lo que me negaba y bloqueaba.
Un par de semanas después encontré a un chico que me pareció algo más normal, 27 años, trabajador, que buscaba pasarla bien y divertirse, de pocos amigos estaba en soledad, similar a ...
... mí.
Le hable y respondió, me gustaba su forma de ser, algo gracioso y tímido. Quedamos de juntarnos en un lugar que conociéramos, siendo este un local de comida rápida, no muy oportuno lugar para conocerse; pero, eso me da a confiar que él era una persona sin tanto trajín en citas.
Llegue primera a la mesa y lo veo llegar, era algo más flaco que en las fotos, alto, algo moreno y con linda sonrisa. Fue difícil hablarnos, pero nos fuimos soltando y terminamos entendiéndonos bien. Continuamos las citas, vino a mi depto, fuimos de paseo, todo bien. Nos besamos y empezamos a querernos, faltaba expresar nuestro cariño.
Yo era virgen, él me dijo que había tenido un par de encuentros no muy afortunados hace mucho tiempo, por lo que había dejado de buscar conocer chicas, hasta que llegue yo, claro.
Llego el día, era un fin de semana con lunes feriado. Me invitó a cenar a un restaurant muy elegante y luego nos volvimos a mi depto. En el sillón empezamos a besarnos apasionadamente, yo buscaba su lengua y el la mía. Sus manos muy sutilmente acariciaban mi pelo y cintura. Besaba mi cuello mientras me colgaba a su espalda, sus caricias se acercaban a mi entrepierna, muy delicadamente pasaba su mano por mis muslos hasta mi culito. Yo torpemente tomaba sus brazos o su cabello.
Besándome más apasionado se pone sobre mi acostándome sobre el sillón, sus caricias sobre mi entrepierna y sus besos en cuello, mejillas y boca me tenían muy excitada, por lo que acariciaba su cuerpo y ...