Todo empezó cuando mi mama empezó a vender lencería. Yo tenia 18 años y era para la época de las vacaciones en Buenos Aires. Como todos los veranos siempre la gente esta un poco mas cachonda, como con mas ganas de coger. Uno de esos días, al mediodía, mi vieja me dijo que iba a tener que hacerle un favor. Tenia que ir a capital a llevar un pedido de unas tangas, bombachas y conjuntos, a la tarde de ese día. Yo no tenia ni un poco de ganas pero tenia que hacerlo.Agarre las cajas, las metí en una bolsa y me fui a tomar el colectivo. Me acuerdo que hacia mucho calor, yo tenia puesto un pantalón corto con unas zapatillas de lona y una remera blanca media roñosa. No soy muy alto, mido 1,70 y peso 60 kilos. Tengo el pelo marrón y ojos castaños. No seré un galán pero no la paso mal. Pero lo mas raro que me pasa siempre es que tengo como buena onda con las personas mas grandes que yo, como que las minas mas grandes me ven algo que las pendejas no.Bueno la cosa es que tenia que ir al microcentro, a un edificio bastante cheto. Tenia que preguntar porFernanda, todo tenia que ser muy rápido, le daba las bolsas y me firmaba un papel y me iba. Llego, toco timbre, estaba muy cansado y tenia mucha sed. Escucho la voz en el portero, la verdad que no me imaginaba nada ni tenia expectativas, como siempre la voz en el portero eléctrico no era clara, solo dije mi nombre y se escucho una voz de mujer que dijo “pasa...”.Subí al piso que era y toco timbre, me atiende una mucama, muy fea para que ...
... quede en el registro. Me hizo sentarme en un lobby que tenia el departamento y me dijo “la señora ya viene”. Me puse cómodo en un sillón y sonreí. Abran pasado 15 minutos y la mucama se despidió. Aproveche y empece a mirar las cosas que había mandado mi mama a la mina. Eran unas tangas muy pero muy finitas, pero lo mas raro es que algunas tenían cierre adelante, nunca había visto una tanga así. Con solo ver las cositas esas ya me había empezado a calentar. Mientras miraba la mercadería, no me di cuenta que me estaban mirando, era Fernanda. Era la primera vez que la veía, y no lo podía creer. Una morocha terrible, con unas tetas gigantes paradas, y una cara hermosa. Con unos ojos azules que alumbraban de mas y una boca bien carnosa. Tenia puesto un top que no dejaba mucho a la imaginación y un jean bien ajustado que le marcaba todo el culo. Yo no atine a decir nada. Fernanda me dijo:-¿Revisando la mercadería?- Si – le dije atontado – “quería ver que no me haya olvidado de nada” Me miro de arriba a bajo y me contesto- ¿Entonces conoces el negocio?- Si, mas o menos – se lo dije nada mas para no quedar mal porque en realidad no se nada del negocio de mi vieja- Aaaa buenisimo la verdad que necesitaba a alguien que sepa del tema por si necesito ayuda La verdad que no había entendido lo que me había querido decir porque solo le miraba las tetas. Se me acerco muy pero muy lento, se agacho poniendo sus tetas a la altura de mis narices y agarro la bolsa con la lencería. Yo no podía salir ...