Mi esposa se libera
Fecha: 29/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cuello, besando sus senos aprovechando el descubierto que ya tenía. Isabel entró en un éxtasis desconocido para ella. Mezcla de temor a lo desconocido, con lujuria y pasión se entregó como desvanecida por el alcohol y empezó a desinhibirse.
Toda su sensualidad empezó a brotar. Movimientos cadenciosos al ritmo de las caricias, se empezaron a hacer más rítmicos y vehementes. Ramiro absorbía sus pezones, su lengua recorría sus senos, pasaba de uno a otro, se detenía entre ambos, mordisqueaba sus pezones, e Isabel empezó a tiritar de gozo y placer. Deseaba algo más, sin embargo, no hablaba nada. Sólo sus movimientos incitaban a Ramiro a continuar su recorrido.
El barman se acercó a Susana, intentando hacer algo parecido. Esta lo rechazó, mirando a Isabel, incrédula, casi al punto de detener la situación.
Verónica, entonces aprovechando el rechazo de Susana, tomó al barman del brazo y lo acercó a su lado. ¿Podrías imitar a Ramiro? ¿Aunque sea un poco?. Le preguntó.
Soy su maestro , le respondió, tomándola desde sus nalgas y llevándola en vilo hasta el sofá más cercano. La recostó, le sacó los zapatos y empezó a besar sus pies. Primero la planta, luego cada uno de sus dedos, al mismo tiempo le susurraba que era la mujer más tierna que jamás había conocido. Comenzó a subir con su lengua por el interior de los muslos, mientras levantaba la falda y con sus manos acariciaba sus senos por sobre su blusa. Llegó hasta sus calzones, húmedos por la excitación que empezaba a ...
... aumentar en Verónica...
Un segundo mozo, Gregorio, viendo a Isabel en el magnífico estado de voluptuosidad que se encontraba, se acercó a ella, la miró a los ojos para determinar si podía integrarse al erotismo que estaba viviendo intensamente. Desesperada; Isabel mojó sus labios con "margarita", al mismo tiempo que tomaba a Gregorio desde su cinturón atrayéndolo hacia su cara. Ramiro no cesaba de besarle sus senos y pezones, y sus hábiles manos estaban bajando hacia sus piernas, las que se abrieron deseosas de ser tocadas íntimamente.
Gregorio, pegado a la cara de Isabel a la altura de su prominente bulto no atinaba a nada. Las manos de Isabel, hábiles con su esposo, inexpertas en apariencia con otros hombres, abrieron el cierre y soltaron el cinturón, bajó el pantalón y el slip, y se encontró con la más grata sorpresa que había visto en su vida, ni siquiera las películas pornográficas mostraban algo semejante.
Gregorio, avergonzado, intentó retirarse, al ver la cara de sorpresa e incredulidad de Isabel.
Tomó Isabel, impulsada por su instinto femenino, y por su ya desenfrenada lujuria, esa tremenda sorpresa, la que en estado quieto se podía observar desde atrás entre las piernas de Gregorio, por el resto de las participantes.
En tanto, Ramiro empezaba a explorar el triángulo perfecto, donde se juntan piernas, caderas, culo , pasión, lujuria, deseo, y ansias de ser amada. La humedad mojaba sus pelos y su entorno, los calzones ya no servían puestos. Hábilmente ...