1. Adios


    Fecha: 27/11/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... por que no?” Quería sentirme amada, valorada, aceptada. Cerré mis ojos. Mi respuesta fue otro beso pequeñito. Sentí su perfume mientras su boca me chupaba suavemente. Sus manos me apretaron hacia ella, después acariciaron mi espalda, mis nalgas y mis piernas. Rico-rico-rico. Me ordenó que la viera, abrí mis ojos. Me dijo que quería que viera todo lo que me iba a hacer y que quería ver, también todo lo que le iba a hacer. Sus manos abrieron el cierre rápidamente, la falda y la blusa cayeron al suelo, me empecé a mojar, me tenía en ropa interior, acariciando mis senos sobre el bra. Hice lo propio para que quedáramos en las mismas condiciones. Su piel blanca, su aroma, su suavidad me hizo pensar en un futuro en su cama y en su vida. Desabroche su bra. Un pequeño par de senos me recibieron sin caer. Bese su cuello y su pecho. Sus senos fueron mi perdición. Los bese y chupe. ¡Dios que dulce su aroma y su sabor! Estaban duritos. Mis manos buscaron sus nalgas, comencé a bajar su tanga. Hizo lo mismo conmigo. Nos arrodillamos frente a frente, sonreía, me regalo otro beso y su lengua me hizo sentir electricidad. Nos acercamos al sofá y al sentarse abrió sus piernas. Nunca se lo había hecho a una mujer ¿Cómo se le hacía? Recordé a mis antiguos novios y sus estúpidas lenguas. Si. Así no era como me hubiera gustado. La besé como me hubiera gustado a mi. Chupe todo el coño, mi lengua jugó con su clítoris, la metía, besaba sus labios. Comenzó a gemir. Su sabor era tan agradable. Chupe mis ...
    ... dedos. Deslice dos simulando el grosor que me gustaba, y chupe su clítoris. Me mojaba los dedos, sus gemidos me incitaban a seguir. Jaló mi cara suavemente y me pidió mi coño. Con otro beso cambiamos de lugar. Abrí mis piernas, su lengua abrió mi labios recorriendo una y otra vez por dentro y por fuera, al llegar a mi clítoris, lo chupo y recorrió con su lengua al mismo tiempo. Metía sus dedos y encontró mi punto G, sentí mucho placer, más del que había sentido con ningún otro chico, también, me mojaba como nunca antes. Me pregunto si me gustaba, le conteste que me fascinaba, hacía círculos sobre mi clítoris con su lengua y sus dedos no se detenían, me pidió que repitiera con ella lo que me había hecho. Me dió la espalda y como una perra me dio el culo. Mis dedos buscaron ese punto que me había gustado, lo encontré cuando la vi retorcerse y gemir fuerte y largo. Empuje lento pero me pidió que fuera un poco más fuerte, además de que le besara su clítoris. Me costaba trabajo así que sólo use mi dedo y besé sus nalgas. Su coño me apretaba el dedo, su cuerpo se comenzó a sacudir y sus manos sostuvieron mi cara contra su coño, me rogó que no me detuviera y se vino sobre mi boca, casí me ahoga. Me sentó sobre ella y abrí mis piernas, me ordeno al oído que me masturbará, y lo hice. Jalé y masaje mi clítoris. Entonces su mano experta, me ayudo. Uno dedos entraban en mi coño y otro acariciaba mi ano, ¡Su-pu-ta-ma-dre! Que rico me estaba dando placer esta mujer; pronto estaba gimiendo ...