Desvirgando a Martita - Relatos Eróticos

Desvirgando a Martita

Martita es hija de mi vecina. Va a primer año del secundario. Hasta hace unos meses era una flaquita con lindo culo y nada más. Muy cariñosa, siempre dice que soy como su tío más querido. 
Esa tarde hacía calor, mucho. Llega mi vecina y Martita para usar la piscina de casa, desde que mi esposa me dejó, vivo solo en una casa quinta. Con parque, árboles y es bastante espaciosa. El hecho es que de repente la niña se saca la ropa y queda solamente con una pequeña biquini que hacía resaltar ese hermoso culo, y las incipientes tetitas, con pezones atrevidos. Rápidamente pensé que ya no era tan chica, y que merecía respeto y una buena verga. Se metió al agua y nado durante un rato, yo tirado en una reposera con una toalla por encima, Ya que cuando llegaron de improviso estaba tomando sol totalmente desnudo. A medida que observaba a la niña nadar, iba creciendo mi excitación y mi palo. Tan concentrado estaba que no me di cuenta que la madre, dicho sea de paso está re buena, tiene 35 años y está como para darle de día y de noche sin pausa, me observaba de reojo y se dio cuenta de mi erección, y sonriendo me dice, vio como creció la nena, ya es toda una señorita. Yo casi sin prestarle atención le comento, y si, ya está entrando en edad de merecer. Va a ser tanto o más bonita que su madre. Ella se sonrojó y haciéndose la tonta se para y estira como un gato, dirigiéndose a la pileta contorneando ese hermoso y redondo culo. En ese momento Martita decide salir del agua y al subir los ...

... escalones de la piscina se observa su vaginita plena, gordita, yo la imaginaba lampiña, y mi miembro se erectó a pleno. Ella también noto el bulto en la toalla y sonrió perpleja, se sonrojo pero no quitó la vista del mismo. Y yo como buen macho,  lo acaricié haciendo resaltar más todavía su erección. Les comento que mi miembro es normal, son 20cms de carne venuda, con un buen grosor, principalmente en lo referente al glande y a la base del tronco, donde se asemeja a una lata de picadillo. Pero considero que no es para agrandarse, creo que es común. Varias mujeres han suspirado al tenerla adentro, y yo gozo como loco. Ella pasó por mi lado y yo pude observar sus hermosas piernas, su conchita que parecía una empanadita y ese hermoso culo, que indiscutiblemente a partir de ese momento consideraba que debía ser el primero en transitar por ese aterciopelado túnel.
Martita se fue al baño y su madre continuaba en la pileta, cada tanto me echaba una mirada de costadito, insunuándose, ya le llegaría su tiempo a esta perrita. Primero su hija. Haciéndome el tonto, me levanté de improviso y obvio que al no sujetar la toalla, la misma cayó al suelo dejando ver mi verga en todo su esplendor, apuntando al cielo con su cabezota morada descubierta. Karina que así se llama mi vecina dejó escapar una pequeña frase, algo así como “Que buena verga”, rápidamente se sumergió para ocultar su vergüenza. Yo haciendo caso omiso pero riéndome por dentro encaré la casa detrás de Martita, ella ya no se veía, ...