Macho muy macho
Fecha: 14/11/2017,
Categorías:
Anal
Fetichismo
Transexuales
Autor: franco3286, Fuente: xHamster
... poder comerme su denso pelo castaño). En estos momentos Dora ya está completamente despierta y entra en acción metiéndose de nuevo la polla en la boca y excitándome como a un garañón en celo gracias a unas chupadas guarras y viciosas, chupando, lamiendo, ensalivando, mordisqueando, aspirando, buscando mi máxima dureza en una erección que me parece gloriosa y que aumenta cuando penetra mi culo con un vibrador de tamaño mediano. Mi mujer no sólo tiene cogido el punto a la profundidad, el ritmo y la velocidad para penetrarme, sino que tiene buen ojo para dar con el momento justo en el que poner a funcionar la vibración y excitarme todavía más. Cuando mi polla está ya palpitante, se la vuelve a meter en la boca para, sin parar ni un momento de follar profundamente mi culo con el vibrador, hacerme explotar de gusto en una corrida larga, fuertemente sentida y compartida, beber y tragar mi semen y limpiar con la punta de la lengua, ya lenta y suavemente, la polla hasta que le pido que pare. No puedo pedir más placer. ¡Qué bueno es!.De vez en cuando quedamos con Mercedes y Alberto para cenar y tomar unas copas. La noche suele acabar en nuestra casa porque no tenemos vecinos a los que m*****ar, follando los cuatro y montándonos algún juego sexual que nos llame la atención. Mercedes es una morena no muy alta y delgada de tetas y culo de pequeño tamaño que a sus cincuenta y dos años tiene un bonito cuerpo musculado esculpido en el gimnasio y que nos excita un montón a Dora y a mí con un ...
... puntito de masoquismo por su parte que nos permite algunas prácticas de dominación, azotes, humillación y cosas por el estilo. Nos pone a mil por hora castigarla un poco.Tras un rato de ver alguna película porno y las correspondientes bromas, pasamos a distintos jueguecitos, besos, caricias y meternos mano los cuatro mientras acabamos las copas, nos desnudamos y las mujeres se ponen a chupar nuestras pollas, pasando de una a otra cada poco rato. Ya metidos en faena, a Dora y a mí nos gusta vendarle los ojos a Mercedes y atar sus manos y piernas a una mesa baja de madera de buen tamaño, de manera que queda a cuatro patas, abierta, con todo su cuerpo (con la piel muy morena todo el año, sin marca alguna de biquini, completamente depilada y el negrísimo cabello muy corto, con flequillo, de manera tal que en la intimidad le apodamos la Negra) expuesto a nuestros caprichos sexuales. Mientras me toco para no perder la erección, Dora azota el durísimo culo de la Negra con sus grandes manos, provocando que suene como un tambor y los quejidos de excitación de la mujer morena. A mí me gusta castigar los pezones de sus pequeñas duras tetas estirándolos, arañándolos y mordiéndoselos un poco más de la cuenta, lo que unido a los azotes que le propina Dora, ahora ya con una estrecha pala de azotar de suave goma que suena como si fuera un látigo restallando, hace que Mercedes se queje dando fuertes gritos, respirando muy hondo y pidiendo de manera entrecortada que le demos gusto porque está ...