Niki, la chica de la lencería
Fecha: 09/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... que aquello era una realidad, que podía oler el perfume de su piel, que su aliento llevaba ese olor al etílico de la piña colada, que podía escuchar su gemido muy cerca de mi oído, que podía sentir sus manos inquietas que me abrazaban y recorrían toda mis espalda hasta llegar de nuevo a mis glúteos. Fue tan fantástico todo aquello que quería retener el tiempo y tomarme todo el tiempo para poderla descubrir poco a poco, pero creo que Niki, tenía pendiente que podía en algún momento aparecer mi hermana, o que alguien nos descubriera o nos estuviera divisando desde el río.
- ¿Cuándo regresará tu hermana? –preguntó.
- No te preocupes, ella trabaja como agente de bienes raíces y no volverá hasta bien entrada la noche, si es que viene.
- Regálame otro beso y regálame otra piña colada. – me dijo.
Le di un beso más en la boca y volví a sentir ese cosquilleo pasional de su lengua. La dejé sentada observando el río, mientras fui a preparar otro trago. Al regresar, además de los dos vasos traía conmigo dos toallas playeras que acostumbramos a tener cerca de la piscina y las extendí en medio de una isla de arbustos, donde nos permite ver alrededor si estamos sentados, pero evitará que nos vean, si nos mantenemos acostados. Niki, intuyó mi propuesta y salió a mi encuentro y ambos extendimos una toalla, mientras la otra la podíamos ocupar como almohada.
Hemos terminado con la piña colada un poco apurados, pues queremos volvernos a sentir la piel de cada quien y quedamos ...
... en medio de esta isla de arbustos japoneses comiéndonos a besos y en el proceso desabotono su pantalón vaquero y desabrocho lo que parecía un sostén, lo es, pero es un sostén de lo que parece su traje de baño. Como en las llamadas telefónicas me fui hacia el sur llenándole de besos sus dos lindos pechos y todo ese lindo abdomen donde vuelvo a ver esas piedras brillantes en el ombligo. Niki gime, como lo hacía en el teléfono y me asiste en levantar su pelvis para que yo pueda removerle completamente el pantalón vaquero. La descubro y queda con una linda tanga color naranja y esta vez también descubro otro lunar café en su entre pierna. Niki luce un cuerpo divino, y por su altura no le fuera difícil encontrar trabajo como modelo, o por lo menos modelo de ropa interior.
- ¡Pensé que no te gustaban las tangas! ¿Pensé que me habías dicho que te incomodaban?
- ¡Tienes buena memoria! La verdad, que si me incomodan, pero como le dije, imagino que se miran lindas desde la óptica y solo me las pongo cuando sé que alguien me las va a querer despojar.
Su manera de hablar era muy sugestiva y aprovechando que le removía su pantalón, también removí el mío junto a la camisa que vestía. Ella puede observar ya mi bóxer ya con las evidencias de la humedad y yo miro su tanga, con la evidencia de esa mancha de sus jugos vaginales. Le remuevo su tanga naranja y veo su conchita rosada, pequeña y bien depilada. Sin pensarlo mucho mi cabeza se hunde delicadamente entre sus piernas y Niki ...