He de comenzar este relato mencionando que mi esposa Melú y yo tenemos 18 años de casados, mi esposa de 40 años de edad es morena clara, estatura media, cabello largo hasta media espalda, caderas amplias, grandes nalgas y tetas de muy buen tamaño coronadas con pezones grandes y oscuros que las hacen aún más sugestivas. Aunque no es delgada tampoco es gorda ni mucho menos, digamos que es del promedio normal de mujer pero la cual vistiendo pantalón ajustado provoca que los hombres en la calle la volteen a ver.Por otro lado mi suegra Irma esta divorciada desde hace unos años y desde entonces ha vivido sola, tendrá unos 57 años más sin embargo se conserva muy bien, con algunas arrugas propias de su edad pero dejan notar que de joven fue una mujer muy bella. Tiene ojos grandes y su cara es de facciones muy finas, aunque de cuerpo esbelto se le notan unas nalguitas bien paradas y aún firmes, pero lo mejor de ella son sus tetas, grandes como un par de melones.Hace unos meses durante el verano organizamos una pequeño convivio, solo con un par de amigos mios cercanos, Carlos y Alberto y un compadre de nombre César; en total conmigo eramos 4 varones y dos damas (mi esposa Melú y mi suegra Irma). La reunión la iniciamos en el jardin ya que estabamos preparando una carne asada y el clima era propicio para disfrutar del dia en el exterior, tomando cerveza y uno que otro vinito más fuerte. Entre charla, bebidas y comida fue transcurriendo la tarde y el alcohol comenzó a hacer su efecto, ...
... mi esposa se había vestido ese dia con unos shorts algo ajustados que hacían resaltar más de lo normal sus ricas nalgas, ella estaba sentada entre mi compadre César y yo, mi suegra Irma por su parte andaba vestida con una falda que le llegaba un poco más arriba de la rodilla, ella estaba sentada entre Alberto y Carlos; entre charla y charla y escuchando música fueron transcurriendo los minutos y al paso de estos empeze a notar que Melú mi esposa cada vez que se acomodaba en el banco donde estabamos sentados colocaba su mano por debajo de la mesa sobre la pierna de César justo sobre su verga y la dejaba ahi por instantes frotándole esa parte del cuerpo obviamente por encima de su pantalón, Melú solo charlaba y se carcajeaba sin darle importancia al asunto; mi compadre se hacia el disimulado como si no pasara nada y yo aunque con ciertos celos no dije palabra alguna al respecto. La charla, música y vinos continuaron el resto de la tarde y comenzaba a anochecer, yo me habia contenido de ir al baño lo más posible para no perderme de ningún instante del convivio pero llego el momento en que la cerveza y el vino pudieron más que yo y tuve que ir al baño a orinar.Al pararme sentí un leve mareo y noté que el vino había hecho su trabajo al igual que en los demás presentes, ví a mi suegra muy divertida con mis amigos riendo a más no poder y alcanzé a ver que el brazo de Alberto estaba en la espalda de Irma y Carlos tenía puesta su mano sobre la pierna de mi suegra a la cual se le había ...