Para mi marido la conchita, para ti mi boquita y mi colita
Fecha: 01/06/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
Conozco a Lorena desde hace diez años, más o menos cuando ella tenía la edad de veintinueve y ya era madre de dos hijos. Desde entonces esta chica tiene relaciones extra maritales conmigo y no sé si las tendrá con alguien más. Ella, lo dice de esta manera, de una manera que me parece cómica: Siempre te he sido fiel a ti y al único que he engañado es a mi marido.
Lorena es de estatura pequeña, es de esas chicas que les llamamos “petit”, quizá mida un metro con cincuenta y ocho centímetros y pesara máximo unas 130 libras. Es de rostro bonito; cabello y ojos oscuros, en un cuerpo muy bien cuidado y tiene un trasero que llama la atención, especialmente cuando ocupa pantalones vaqueros o esos vestidos pegados a su lindo cuerpo. Sus pechos son de copa “C” y, hace un poco de más de un año, que se los acomodo estéticamente y le lucen como a una chica de dieciocho.
Ella con el tiempo es muy abierta conmigo y a pesar que conoce que tengo algunas aventuras con otras mujeres, lo único que intenta indagar, ¿qué tan buena son estas otras mujeres a comparación con ella? Es tan abierta y con tanta confianza, que fue la misma Lorena la que me involucró con su prima hermana. Su prima hermana Sheri se quejaba de no encontrar placer sexual con su marido y es como termino en la cama con las dos primas, aunque en todo este tiempo nunca hemos hecho un trío. Sheri, a contraste de Lorena, es más alta y de tez más clara y aunque tiene tremendo trasero, sus pechos son más pequeños y creo que eso ...
... le provocaba algún complejo que al igual que su prima, se los mando a operar y ahora son de una copa C.
Como la mayoría de las mujeres, Lorena y Sheri eran muy escépticas y temerosas al sexo anal, aunque creo que Sheri si ya había tenido alguna experiencia. Después de unos meses, Lorena se había vuelto adicta al sexo anal, que es raro que tengamos sexo vaginal. Nos encontramos en algún hotel cerca de su casa, o cerca de la escuela donde estudian sus hijos, como también ha venido algunas veces a mi casa. Solamente una vez hemos tomado el riesgo de hacerlo en su casa, pues con ellos viven sus suegros. La rutina es básicamente la misma; un baño, un segmento de cinco a diez minutos de sexo oral, el cual yo también retribuyo con una extensión más, pues regularmente aprovecho de comerle el culo y comenzar la lubricación y dilatación de su esfínter. A Lorena le gusta tanto la antesala a la penetración, que ella con el tiempo me lo dice cara a cara: ¡Me encanta que me comas el culo!
Lorena es tan sensible, que no es raro que tenga orgasmos anales en este proceso de lubricación y dilatación de su ano. Al contrario de Lorena, Sheri es más cohibida, aunque sé que le gusta, pero no tiene esa confianza para admitirlo y tiene razón, con Sheri los encuentros sexuales son mucho menos frecuentes y por el momento no sé lo que le empuja a conllevar uno, pues no hay una secuencia o rutina, pues de repente me llama y me pregunta si tengo tiempo para un almuerzo o un trago, regularmente en ...