iniciando a una virgen
Fecha: 06/11/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: charli, Fuente: CuentoRelatos
... ajenda. No estaba seguro de conseguir a aquella chica, las oportunidades son como un tren que pasa una sola vez en la vida. Pero por si acaso Luis habia planeado no hacer ningún servicio desde 4 días antes, tenia que estar totalmente potente para ese día y esto para una persona acostumbrada a hechar al menos un polvo diario suponia un gran esfuerzo, esfuerzo que estaba comenzando a pagar pues ya le empezaban a doler los huevos por no descargar. Las horas pasaban... y nada... aquella chica no daba señal de vida. Por fin eran las 8 de la tarde pero aquella chica seguia sin dar señales de vida... las 9 y nada. Luis se disponia a preparase una cena rápida y salir a airearse y a descargar con quien fuera cuando a las 21:15 suena el teléfono.
- Si... Digame
- Hola Luis soy Encina
Reconoció al instante aquella voz aunque habia perdido un poco de aquel timbre aniñado del año pasado... tocaba disimular
- ¿Encina... Que Encina?
- Estuve en tu piso el año pasado, no se si recuerdas... (silencio)....para que me desvirgases...
- ¡A si Encina... Ya recuerdo... y bien ¿Que deseas?
- Estas libre esta noche
- Pues esta noche si.
- ¿Podria pasar entonces para solicitar los mismos servicios del año pasado?
- Si mal no recuerdo, te habia prometido una noche completa
- Si... y gratis
Ambos se rieron
- Pues muy bien las promesas hay que cumplirlas ¿Recuerdas mi dirección?
- Si, de hecho si me abres subo, estoy en el portal de tu casa.
- Pues muy bien ...
... te abro... Hasta ahora
Luis abrio el portal y daba saltos de alegria ante lo que se adivinaba una gran noche. Al sentir parar el ascensor en su rellano Luis abrio la puerta y ante él vió a la misma mujer que un año antes, tal vez las tetas eran un poco mas grandes y el pelo aunque seguia siendo largo era de un marrón claro sin mechas, por lo demás era clabada a la misma Encina de un año antes. Por poco Luis no babea delante de ella. Se dieron dos besos en las mejillas y la hizo pasar al salón. Encina se sentó cruzando las piernas dejando ver a Luis aquellas espectaculares y largas piernas hasta casi el muslo que tapaba una falda plisada que le llegaba un trozo por encima de las rodillas. Aquellas piernas suaves, tungentes sin el menor atisbo de celulitis, sin medias estaban espectaculares ante la vista de Luis que se habia sentado enfrente. Y que decir de aquellos pechos que se adivinaban bien firmes, duros y que Luis deseaba tener en su boca.
- Bien y dime Encina ¿De nuevo tus amigas te han pagado el desvirgue?
- No esta vez no, ni tan siquiera lo saben... aunque siempre les hice creer que me habias desvirgado y que lo pase de rechupete, asi dejaron de meterse con mi virginidad, la cual por cierto ya no tengo.
- ¿A no?... ¡Que pena!
- Pues si la verdad, por que si te cuento como la perdí mejor haberla mantenido
- ¡Cuenta... cuenta!
- Fué un día de fiesta, yo me habia fijado en un chico de mi barrio, nos encontramos en un botellón y bueno nos pusimos a ...