1. Una esclava inesperada VII


    Fecha: 11/03/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... voy a dar 30 en cada nalga, pero quiero que los cuentes – le dije empezando
    
    - Uno… dos… tres… cuatro…
    
    Íbamos en el 29 y el 30 no lo contó, así que esperé, pero no hacía nada y le espeté: “si no cuentas, tendré que volver a empezar”. Ella me volteo a ver con una sonrisa cómplice y cuando azoté su culo dijo “uno”. Seguí azotándola y ella comenzó desde cero. Vaya que a esta mujer le encantaba esto. Decidí probar su aguante en el dolor. Seguí azotándola y cuando llegamos al 29 no volvió a contar. De vez en cuando, le metía un par de dedos por la concha y uno que otro por el trasero. Continué y regreso a cero. Para cuando estábamos en 29 de nuevo repitió la jugada. Al llegar a diez de la tercera ronda, por así decirlo, paré y le dije que esperara.
    
    Fui al cuarto de lavado por una cuerda de lavadero y unas pinzas de ropa. Le dije que ahora los azotes iban a ser con la cuerda y me miró con una cara de horror que nunca había visto en ella. Dejé por el momento la cuerda en el suelo y le ordené que se colocara boca arriba, que le iba a colocar pinzas. Eso pareció agradarle y me abrió las piernas. Le puse 4 pinzas en la vagina y dos en los pezones (tendría que comprar más pinzas, porque tenía pocas). Le ordené que se colocara de nuevo a cuatro, porque ahora si la iba a azotar. Al principio no obedecía, así que le solté una cachetada.
    
    - ¿No que querías gritar perra? – le espeté
    
    - Pero con la cuerda…
    
    - Tu eres mi puta y vas a hacer lo que yo diga – le corté – Como tu ...
    ... dijiste, sólo estas para mi disfrute, ¿está claro?
    
    - Si… - respondió con la cabeza gacha y se colocó en posición.
    
    Jamás había utilizado otro elemento que no fueran mis manos en el trasero de una mujer y era la primera vez que lo iba a hacer. En un principio tenía miedo de lastimarla, pero, por otro lado, quería hacerlo y sangrarle esas hermosas nalgas. Así que comencé con algo leve. Ga no dijo nada al recibir el primer azote con la cuerda de tendedero, pues yo pensé en un primer momento que me había excedido, pero al parecer no. El segundo lo solté un poco más fuerte. Nada. El tercero lo aumente un poco más y solo escuché un leve gemido. Me acerque a meterle un par de dedos para calmar su dolor y cuál fue mi sorpresa al ver que estaba mucho más húmeda que de costumbre. “¿Te está gustando putita?” Ella solo asintió con la cabeza. Le metí un par de dedos y la masturbé hasta que estuvo a punto de venirse y me separé de ella. Esta vez descargué los golpes con toda mi fuerza y al primero gritó. No le tomé importancia y seguí. Dos, tres, cuatro, cinco… hasta llegar a diez. Ella gritó en cada uno. Me acerqué de nuevo a ella. Seguía destilando flujos al por mayor. La volví a masturbar con mis dedos hasta que noté que se iba a correr. De nuevo me separé de ella y otra tanda de diez azotes. “Mastúrbate” le ordené. Ella comenzó a darse placer frenéticamente y yo seguí azotándola. Las marcas que le dejaba eran brutales. Tenía ya el culo bastante rojo.
    
    Seguía gritando en cada azote, ...