De cruising en el parque de Santa Cruz
Fecha: 01/02/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... algún bosque que había pasado. Cuando llegué al final, di media vuelta, y me encaminé de nuevo hasta Santa Cruz.
Cuando estaba llegando a donde había comido el bocadillo, ya casi eran las 12 de la noche, me volví a parar en la mesa para sacar el tabaco y encender un cigarrillo. Fue entonces cuando vi llegar a 2 jovencitos; uno como mucho tendría 18 o 19 años, y el otro poco más o menos. Uno de ellos; el que parecía más jovencito, y el que me pareció más guapo; se me quedó mirando, pero siguió el camino junto a su compañero. Aun no los había perdido de vista, cuando ambos se pararon, y después de hablar algo, el que parecía más joven, dio media vuelta; venía directo a donde yo me encontraba; al llegar a mi altura se paró junto a mí, me pidió un cigarrillo y después de encenderlo, me dijo si tenía sitio donde ir, y si me apetecía ir con él.
Le contesté que sí me apetecía, pero que sitio no tenía, pero que seguro que en aquel parque podríamos encontrar un buen lugar. Ven conmigo me dijo, y subiendo un poco me llevó a aquel lugar donde entre unos árboles y zarzas, había un claro en el medio; era donde había estado con el joven macarrilla y el viejo. Me comentaba que él no quería que le abrieran el culo. Cuando entramos en aquel claro, nos abrazamos y nos pusimos a meternos mano uno a otro. Nos empezamos a desnudar, hasta que nos quedamos en pelotas por completo. Nos íbamos fijando en cómo íbamos sacándonos la ropa, y la dejábamos sobre unas ramas, como si de una percha ...
... se tratara. Cuando solo le faltaba por quitarse el slip; era de color granate; me quedé contemplando la belleza de aquel jovencito, era además de muy sexy con aquel slip granate, guapo como un adonis griego. La verdad es que había tenido mucha suerte al encontrar aquella belleza. Le dejaría hacer lo que él quisiera. Si no quería que le abrieran el culo, pues yo le dejaría que él me lo abriera a mí, y además le comería todo lo que él quisiera; hasta le bebería todos sus fluidos corporales.
Cuando ya estábamos en pelotas, lo abracé y empecé a mordisquearlo hasta hacerlo gemir. Le dije que esperara que iba sacar la toalla para poder tumbarnos sobre ella. Una vez extendida la toalla, lo acosté, poniéndome yo encima y empezar a realizar un 69.
¡Dios! Aquello era un manjar y era todo para mí. Cada vez que metía su polla en mi boca, el jovencito gemía como si el mundo se fuera a acabar.
Estando en plena función, escuchamos unos ruidos, y entonces él me dijo que seguramente era su amigo y si no me importaba que él también participara.
No, no me importa que participe, le contesté, si él quiere, que venga. Nos levantamos de la toalla, y agachándose por aquella entrada se asomó mi adonis, y fue a ver si era su amigo. Volvió a entrar mi adonis, y detrás venía su amigo. Se volvió a tumbar en la toalla mi adonis, y le dijo a su amigo que se desnudara.
Mientras se iba despelotando su amigo, nosotros reanudamos con lo que estábamos. Pero ahora yo empecé a morderle el cuello y ...