Un Militar, un policía, un pirata y un cura....
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
A través de una amiga conocimos esta página y hoy quiero compartir el momento en que me hice puta de verdad.
Me llamo Claudia y tengo 33 años y estoy casada con Daniel desde hace 3 años. Nuestra vida sexual era la de un matrimonio normal siempre tratanto de inventar algo nuevo, pero solo entre nosotros dos, hasta que una noche asistimos a una fiesta de disfraces, una más de las tantas que generalmente somos invitados.
Puedo decir que soy una mujer atractiva y que mi mejor cualidad física es la cola. Esa noche mi marido usó un traje de Batman y yo me puse uno de Gatubela, que me queda estupendo. Mientras nos cambiábamos Daniel no pudo resistir ver mi concha pelada e intercambiamos un hermoso 69, pero no pasó de eso, aunque nos prometimos una buena cogida a la vuelta.
Me puse un conjunto interior negro que hacía juego con toda mi otra ropa, un short, una blusa del mismo y un antifaz del mismo color. Una hermosa gatita.
Durante la fiesta bebimos algo de alcohol, bailamos intercambiado con otras parejas y puedo decir que fué la primera vez que sentí cosquilleos cuando me apretaba algún otro hombre que no sea Daniel. Hasta puedo decir que en un momento, bailando con un muchacho que estaba vestido de militar, pude notar su bulto y sentir que mi interior se mojaba.
Cerca de las tres de la mañana le pedí a Daniel que fueramos a algún lugar a coger. Se sorprendió mucho porque generalmente es él quien me lo pide. Saludamos a algunos amigos y Daniel se detuvo a hablar ...
... con otros muchachos.
Ya en el camino al motel, Daniel se dirigió por una calle oscura, lo cual aproveché para practicarle una hermosa mamada mientras manejaba. La pija de Daniel está alrededor de los 20 cm.
Al rato de andar, nos encontramos con dos autos en el medio del camino que nos hacian señas para que estacionaramos. Así lo hicimos. Uno de los hombres estaba vestido de militar y otro como una especie de sacerdote. Rapidamente bajaron a Daniel y lo metieron en otro auto. Mientras otro muchacho tomaba el volante de nuestro vehículo y otro me tomaba desde el aciento de atrás.
Durante el trayecto solo oía barbaridades mientras yo preguntaba por Daniel.
Rapidamente llegamos a un motel, al rato nomás entraron a la habitación los tros dos con Daniel.
Eran chicos que habían estado en la fiesta. Estaban disfrazados de militar, sacerdote, pirata y policía, justo este era con el que había bailado.
Sentía una doble sensación de impotencia y por otro esto no impedía que todavía siguiera caliente.
Me arrodillaron frente al sacerdote y me dejaron en claro que todas las respuestas debían ser respondidas. Debajo de la sotana del sacerdote, podía ver la pija a medio parar.
Se hizo un silencio, yo miraba a mi esposo que estaba atado a un costado de la habitación. En ese instante el militar me tomó del cabello en alusión a mi demora.
El sacerdote abrió un cuaderno.
El primer castigo era lindo porque era una pija que conocía, aunque sabía muy bien que los próximos ...