... pene de Mauro. Una vez más mi esposo me ayudó a enfrentar y aceptar mi propia sexualidad, me dijo, '¿te gustaría que Mauro te lo meta?'.
'Sí, perdóname' rogué, '¡pero siiii!, deseo que me coja por el culo, ooooohhhh, no lo puedo creeeeer....¡cómo lo deeeseo!
Mauro se acomodó y empezó a empujar su inmenso instrumento, fue imposible, era demasiado grande, y a pesar de la increíble arrechura que tenía, no entraba. Mauro se levantó, buscó en su pantalón y volvió con un sobre de KY. Me acaricio con su dedo índice y poco apoco lo metió, ....lo metía y lo sacaba, adentro y afuera....su dedo era también grande....grueso. Mi esposo seguía chupándome mientras me acariciaba las tetas. Pensé que iba morir de deseo.... ¡Mauro empezó a meterme dos dedos al culo!, empecé a gritar 'siiiiii!, qué delicia, ooooohhh!....estoy liiiiista, méteme la verga ahooora, oohhhhhh,... ¡qué deliiiiicia!
Mauro no se hizo rogar, apoyó su verga en el ojo de mi lubricado y palpitante culo y mi esposo fue el que guió a Mauro a que enterrara su inmensa herramienta. Sentí cómo los músculos fueron cediendo hasta que esa gran cabeza logró vencerlos, sentí cómo mis músculos del ano volvieron a apretarse y moví mi cadera hacia atrás hasta que todo ese salami estuvo enterrado. Gritaba de placer mientras mi esposo seguía chupando mi clítoris que había crecido en una forma increíble. 'Qué riiiico, qué deliiiiicia, siiiigan, siiigan, oooohhhhhh, aaaaajjjj, ajjjjjjjj,' jadeaba, me contorneaba, movía las caderas ...
... con sensualidad, con arechura.
Los tres tuvimos un inmenso orgasmo simultaneo, mi esposo y Mauro me rociaron de semen, en las tetas, la cara. Me acaricié, junté el semen y lo metí en mi boca. Quedamos tendidos descansando, pero mi arechura iba en aumento, pronto empecé a chupar esas dos vergas. Quería más, jamás había estado tan arecha. Tenia miedo de mi sexualidad, pero estaba rebalsando de lujuria.
Mauro estaba de espaldas y su pene parecía aún más grande que antes. Lo deseaba dentro de mí, pero tenia vergüenza de mi lujuria. Mi esposo gentilmente me ayudó a levantarme, me ayudó a sentarme sobre esa inmensa verga que lentamente penetró mi vagina llena de jugos de pasión y deseo. Yo no cesaba de gemir, de jadear. Empecé a cabalgarlo, moviendo mis caderas con vehemencia mientras jadeaba gritando, ooooohhh, siiiiiiiiii, culéame, lléname, oooooh qué riiiiico, qué deliiiicia,' Empecé a besar a Mauro, metí mi lengua profundamente en su boca mientras él empezó a acariciar el ojo de mi caliente culo, pronto tenía dos dedos dentro y empecé a imaginar lo más morboso: ¡quería que mi esposo me coja por el culo mientras Mauro me llenaba la chucha!. No pude contenerme, ooohhh noooo, gemí. Le dije a mi marido que se estaba masturbando mientras me veía culear con Mauro...'¡mételo, métemelo en el culo, siiiiii!, es verdad, ¡quiero que me cojan los dos al mismo tiempo, siiiii!.
Luego, con cierta dificultad, finalmente las dos vergas llenaban mis dos aperturas, entonces les pedí que ...