Un trío no planeado
Fecha: 21/10/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: esteban_95, Fuente: CuentoRelatos
... ahora, pues mientras Vannesa llamaba yo solamente podía concentrarme en las luces que se reflejaban en las grandes nalgas de Andrea. Ella tenía un vestido de cuero brillante, que dejaba ver sus deliciosas piernas y su figura a la perfección. Debo decir que, en ese momento, ella también se me antojaba a mí.
Recuerdo que llegamos a una bodega, era el lugar en donde se almacenaba el licor. Pero a Andrea no le importo eso en lo absoluto. Me empujo con fuerza contra los estantes en donde estaban las botellas y rápidamente me quitó el abrigo. Podía escuchar cómo se rompían algunos cristales, entonces ella beso mi cuello con pasión y después se alejó un poco. Su blanca piel se tornaba azulosa gracias a la luz de la luna que entraba por la única ventana que había. -hueles bien, vamos a ver si tu polla huele igual- dijo ella mientras bajaba el cierre de mi pantalón. Pero en ese momento volvió a sonar mi teléfono, esta vez vibraba sin detenerse, era que Vanessa estaba escribiendo como loca a nuestro chat. Andrea siguió besándome y metió su mano en mi bolsillo, tomo mi teléfono y leyó los mensajes.
- ¿Dónde estás? Lo siento sé que llegué muy tarde, pero quiero verte. ¿Ya te fuiste? - Dijo Andrea tratando de imitar lo que sería la voz de Vannesa. Estaba leyendo los mensajes en mi teléfono y de pronto solo decidió responder por mí… -Asunto arreglado- dijo ella. A juzgar por su mirada supuse que le había devuelto un mensaje avisándole que ya no habría cita, pues estaba ...
... ocupado.
Tiró mi teléfono al suelo y siguió besándome, bajó mis pantalones y tomó mi dura verga con sus manos, se arrodillo y no tuvo necesidad de escupirla para lubricarla, pues mi cuerpo ya se había encargado de eso. Era que mi verga estaba tan húmeda que sus manos resbalaban demasiado fácil y mientras lo hacía podía escuchar el sonido tan excitante que producía. Entonces la puso en su boca, puedo apostar a que era la lengua más hábil que había probado mi verga, era totalmente placentera la sensación que daba el momento en que ella la empujaba hasta su garganta y casi se asfixiaba con ella. Se me hacían eternos los lapsos en que ponía mi verga en lo más profundo y esperaba a que su propio instinto la forzara a sacarla. Mientras ella seguía con la felación, yo desnudé mi torso y luego puse mis manos sobre su cabeza para guiar sus movimientos. Entonces ella paró, se puso de pie y en ese momento pude subir su vestido, bajar sus bragas y poner mi mano en su coño. Estaba tan mojada que mis dedos entraron con facilidad, la besé mientras con una mano apretaba su gran culo y con la otra frotaba su clítoris. Andrea se giró para que bajara el cierre de su vestido, y así lo hice, una vez lo logré pude ver su grandiosa figura, su blanca piel y cabello hasta el culo que me excitaban demasiado. Tomé su cabello y lo puse en sus pechos redondos y firmes. Entonces abrí sus piernas como cuando un policía requisa a un sospechoso y metí mi verga entera en su vagina. Podía escuchar su respiración ...