Hola voy a contar lo que paso este verano en un restaurante de Almería, me presento me llamo Amalia y tengo 50 primaveras dicen que estoy de buen ver soy rubia de mechas 1,65- 53 kg, sobre todo lo que le gustan a mi amantes lo caliente que soy, y me dicen todos lo que me dice mi marido que tengo el coño siempre mojado, mejor que cuando era joven, la verdad es desde que tengo la menopausia,estoy siempre muy caliente, me parece que en vez de bochornos lo que me ha entrado es una calentura que no la puedo aguantar,
Bueno os cuento: fuimos con mi marido Juan que es el que escribe aquí nuestras aventuras de folleto, pues bien esto ha pasado en este mes de Julio fuimos a la playa de nudistas y después de pasar la mañana en el Hotel nos duchamos y fuimos para el restaurante junto a la playa, yo llevaba un vestido blanco cortito y un tanga muy fino y transparente, donde se trasparentaba todo mi coño que por su puesto tiene su bello, porque me gusta a mí y a mi marido.
Nos dieron mesa junto a otra pareja también madurita, al momento vi como el hombre me miraba mucho las piernas, y claro no podía defraudarle poco a poco me fui abriendo las piernas para que gozara un poco más de vez en cuando las cruzaba para que viera mi coño, me gustaba el tio y mi marido Juan lo noto, me dijo ya estas tramando follarte a ese tío ¿no?, le conteste que tenía ya mi coño empapado más de la cuenta.
Solo de pensar como estaba él yo estaba ya muy mojada y ver como el tío estaba sudando de ver lo ...
... que tenía ante sus ojos. Terminamos de comer y le dije a mi marido que iba un momento al baño, me levante y le eche una mirada y una sonrisa descarada. Entre en el baño cuando de pronto se abrió la puerta era él, sin decir palabra se acercó y me plantó un morreo con lo que no rechacé.
Empezó a meter mano por mi trasero, me sobaba por todas partes y notaba entre mis piernas una polla muy dura, y estaba yo chorreando no podía más.
De repente me dio media vuelta me apoyo las manos en el lavabo me levanto el vestido retiro el tanga a un lado y noté como ponía su polla en la entrada de mi chocho quería morirme estaba yo gimiendo y de golpe me la metió.
Noté que tenía un buen tamaño bastante gordita la noté, mientras me decía era eso lo que querías puta guarra, zorra, golfa y no tardé nada en tener una magnifica corrida. Me mordía los labios para no chillar, me estaba muriendo de gusto, no tardé en notar un buen chorro de leche en mi chocho, me dio media vuelta y me pidió si me gustaría limpiársela, con lo que me agaché y me la metí en la boca, chupando las ultimas gotas de su leche, mientras sentía los chorreos por mis piernas, se la metí en el pantalón y le subí la cremallera. Me dio otro morreo y se largó, me arreglé un poco y regrese a la mesa. Ellos ya se habían marchado, y mi marido me preguntó si estaba bien ya que había tardado un poco, le contesté que estaba de maravilla pero que tenía las piernas un poco cansadas, y me dijo ya me lo imagino, y claro de imaginar lo ...