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Noches de luna llena en Hogwarts (Cap. I)
Fecha: 19/10/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: EscribaCaliente, Fuente: CuentoRelatos
... – No hables así. Da mala suerte. Neville pareció al fin volver en sí y, después de tragar saliva un par de veces, dijo: – Mi abuela dice que la mala suerte es para los tontos nada más… Hermione hizo una mueca más de asombro que de enojo. – Yo no le haría mucho caso a tu abuela. – repuso Ron ofendido. Luna seguía leyendo su diario y Ginny miraba la escena divertida. Harry se estaba comiendo una rana de chocolate que se le había querido escapar reptando por la puerta que había quedado abierta. Luna levantó la cabeza del papel. – Dice acá que este año pueden esperarse mayor cantidad de lechuzas áureas por la zona debido a la influencia de Saturno sobre la Tierra. Todos la miraron en silencio. – ¿Lechuzas áureas? – preguntó Hermione – ¿Qué es eso? – Lechuzas… áureas – repitió Luna extrañada. – Son esas lechuzas grandes y doradas que vuelan sobre las nubes. – explicó, como si fuera algo de público conocimiento. – Nunca vi una lechuza dorada en mi vida. – dijo Harry. – Bueno – sentenció Luna con una sonrisa – este año van a verse más. – y siguió con su diario. A la hora más o menos, Ginny y Hermione fueron a cambiarse y ponerse sus túnicas. Luna dijo que las alcanzaría en un momento. Harry también salió hacia el baño. Luna terminó de leer un artículo sobre las habilidades artísticas de los Boggart y salió del compartimento. Cuando entró al vestuario, las chicas ya estaban saliendo entre risas con sus túnicas puestas. La de Ginny le quedaba un poco ...
... grande y disimulaba bastante el buen par de tetas que le habían crecido durante las vacaciones. Lo de Hermione no tenía remedio. Aunque se hubiera puesto una carpa no hubiera podido esconder las montañas que tenía en el pecho, que se bamboleaban con el traqueteo del tren. Al pasarlas y ver también el culo de la castaña, Luna se pasó la lamió las comisuras de los labios, soñando. Entró en el vestuario y se sacó la ropa. Sobre la piel blanquísima llevaba un modesto corpiño color azul satinado y una tanga también azul. Se puso la túnica y volvió al pasillo. Y escuchó un ruido débil que venía de algún lado. Un siseo. Venía de uno de los armarios para guardar las cosas de mantenimiento que estaban a los costados del vestuario. Era el de la derecha. Luna pensaba seguir caminando pero el siseo se volvió a escuchar, ahora más fuerte. Curiosa, abrió la puerta del armario, que tenía cierta profundidad pero estaba muy oscuro así que no se veía nada. Quiso prender la luz. El siseo la detuvo. Entró en el armario y la puerta se cerró sola detrás de ella. Ahora no veía absolutamente nada. Pero había alguien más ahí, sentía el calor y la respiración. Estiró una mano para ver quién o qué era, pero lo que fuera la golpeó en la mano y la hizo callar otra vez. Le pusieron una mano en la cabeza. Era la mano de un hombre, creía. Le hizo presión para que se arrodillara y Luna escuchó el sonido de ropa deslizándose. Pero no pasó nada más, aunque la mano seguía en su cabeza. – ¿Qué? ¿Quién ...