La meona nocturna
Fecha: 14/09/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos
Después de venir aquel sábado, del morboso garito a donde solía ir "a pillar cacho" y después de darme "el lote" con dos madurazas guarronas sin llegar a follar, ya que ellas se tenían que ir, por haber venido en grupo, me llegó el momento de retirarme a mi "cubículo”. Al llegar a casa en el pub de enfrente debían de estar de fiesta, vislumbré que tenían mucho bullicio, ya que había mucho ruido. Acerté a ver a una mujer meando entre dos coches, que además estaba borracha. Vestía muy provocativamente, llevaba un corpiño negro y rojo muy ajustado y parecía que las tetas le fueran a estallar, se había quitado la minifalda sexy para que pudiera mear en cuclillas y yo al ver eso la ordené que se levantara, que era una detención civil.
No me gustó nada lo que estaba haciendo y ella trataba de disculparse diciéndome que ambos servicios estaban ocupados. Yo, por contra, le afeé su acción y le conminé e insté que, si no quería que fuésemos a la denuncia, a una posible multa y hasta un posible juicio por hacer aguas menores en plena vía pública, le sugerí que podríamos plantearnos tener un encuentro sexual en mi piso que estaba enfrente. A ella le pareció bien que yo le propusiera un rato de sexo, ya que eso sería mejor que pasar todo eso, y además ella estaba algo caliente, porque se pasó un buen rato tratando de ligar con uno de sus amigos para tirárselo y el otro no le hacía a ella ni puñetero caso.
−Bueno -me dijo -ya que vamos a follar esta noche, es mejor que nos ...
... presentemos -añadió -me llamo Alessandra -finalizó.
-Yo me llamo Marcelo -le dije.
Cuando la agarré del brazo, advertí lo sexy que era y al estar bien cerca de ella percibí lo bien que olía. Era muy sexy y muy femenina, según ella se vistió putona aquella noche, pues se quería "cepillar" a ese amigo que luego no le hacía ni puñetero caso. Era morena de pelo corto bien arreglado y usaba unos sexy zapatos de tacón de aguja que elevaban su trasero y sus tetas. Le abrí la puerta de mi portal y se quedó maravillada por mi caballerosidad, pero al adentrarnos en el ascensor, me pegó un morreo que me dejó anonadado, para, a continuación "darnos la paliza" y comernos a besos y sobarnos y magrearnos lúbrica y procazmente hasta llegar a mi piso que era el séptimo.
Eso me pareció una eternidad y no quería que acabara, pues mi rabo iba creciendo y creciendo y me empujaba a follarla allí mismo, cosa que evité. Abrí la puerta y nos dirigimos a un saloncito anejo a mi habitación. Ella se sentó en una de las dos enormes butacas de cuero negro y se relajó. Dejó la chaquetilla que llevaba en el de enfrente y llevaba una blusa negra de satén de tirantes delgados dejando al desnudo sus sexy hombros y que pudiera ver mejor sus tetas. Se quitó el corpiño que la estaba "matando" y se quedó mejor. Mientras, yo me fui a la cocina a preparar sendos pelotazos con whisky "en las rocas". Ella al verme con la bandeja y los vasos de tubo algo cargados, sonrió y hasta me tiró un beso y guiñó pícaramente un ...