La puta de la lancha
Fecha: 26/06/2017,
Categorías:
Gays
Autor: luisjose1985ab, Fuente: SexoSinTabues
Hola soy Erasmo y esta es mi historia. A mis 35 años he dado golpe por todas partes, desde muy joven empecé a trabajar, la vida no me había tratado muy bien pero por lo menos ahora estoy algo estable. Aunque intente terminar mi licenciatura un día desistí, el trabajo me limitaba mucho y llegaba cansado a la casa. Estuve trabajando en tiendas, como ayudante de carpintero, pescador y uno que otro tigrito que aparece, me gusta un poco de todo. No sé si soy gay, bisexual o lo que sea, siempre he estado con mujeres pero mentiría si no he sentido morbo por algunas situaciones con hombres. Esa parte de mi siempre ha sido limitada, solo he estado 4 veces con hombres en comparación con la gran cantidad de mujeres, soy bastante promiscuo no lo negare. Hace unos años no tenía trabajo y aunque tenía algo ahorrado, las preocupaciones no me dejaban fluir esto sumado a una relación complicada que me impulso a buscar otro panorama. Así gracias a unos viejos amigos conseguí una lancha que zarparía dentro de dos semanas, sería un mes con una buena paga suficiente para estar libre de trabajo un buen tiempo. Hace unos años había trabajado en una lancha aunque más grande y sin dudas una de las mejores experiencias, el mar tiene su encanto y el grupo era bastante jodedor lo que hizo todo ese viaje más ameno. Me quede en una casa de un amigo cerca del puerto y a la hora de salir, estaba a tiempo, 6 de la mañana precisamente. Salude al capitán que ya me habían presentado unos días atrás y 5 ...
... compañeros más. Quede impresionado, eran unos machos pero no de esos que aparecen en las revistas o en las pornos sobreproducidas sino unos hombres con piel quemada por el trabajo con unos buenos brazos, y una estampa de animales que nadie se la quitaba. -Coooñoo tiempo sin verte compadrito- A los minutos de haber llegado entraba el último tripulante, estrechaba su mano con la mía y me picaba un ojo, mi perdición, se llamaba Juancho un negro de 1. 90 m que me había cogido hace bastante tiempo atrás –No sabía que pescabas, se que te va a ir bien con nosotros. -Coño vale igual-Empecé a sudar aunque el saludo fue de los amigos de toda la vida-Claro, yo nací en un pueblo pesquero. Mi ayuda no les va a faltar. Los días iban corriendo y todo pasaba con total tranquilidad, faltaba unos cuanto más para llegar a la zona de pesca. La lancha no era tan grande pero se podía vivir, las 8 camas en un camarote bastante angosto 4 y 4 en cada lado dejando un pequeño pasillo, una cocina en la parte de abajo, el cuarto para meter el pescado en el hielo y un baño para 8 culos aunque por experiencia se que el mar sirve cuando hay emergencia. Por último la sala de mando donde estaban los equipos de comunicación y control de la lancha. Aunque los paisajes del mar son muy bellos, llego un momento en donde ver agua 360º por mucho tiempo no era muy favorable, unos mataban el tiempo tratando de pescar algo y algunos como yo que nos quedábamos en el camarote donde había un dvd y un televisor pequeño. Todo ...