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No sé cómo ocurrió, ni cómo dejé que ocurriera 2
Fecha: 08/10/2017, Categorías: Anal Autor: palotess, Fuente: CuentoRelatos
... quitaba ojo de mi culo que tan sugerente se le ofrecía. Tomé aire, dejé que pasara al asiento y me senté encima de sus piernas, cerrando las mías para así evitar abrirlas y facilitarle el asedio. ―¿Vas cómoda cariño? preguntó mi marido. ―¡Sí, no te preocupes! contesté con la mirada fija en el salpicadero del coche. Durante el viaje intenté no moverme sobre las piernas de Raúl y él se comportó más o menos bien hasta que llegamos a Salobreña y al bajarme del coche me tuve que escurrir de sus piernas hacia afuera y con la idea de ayudarme puso su mano en mi culo y mientras me ayudaba lo apretó más de lo deseable para ser un empujón y de pasó apoyó su mano por debajo de mi vestido tocando mi nalga derecha que se erizó al contacto de su mano. Descendió él también del coche y me incliné para soltar a la niña no dándome cuenta que, con el trajín de la tarea, mi vestido se había quedado subido, mostrando más de lo que sería deseable. Cuando me di cuenta, lo bajé sin darle importancia, total ya había visto bastante más de lo que estaba enseñándole ahora mismo. Noté mis pezones endurecerse (ya empezamos, pensé). Entramos los seis en el restaurante. Era un sitio con una terraza bastante grande y con un jardín muy bien cuidado, la verdad es que era un sitio acogedor. Nos sentaron en una mesa en forma de U. Raúl se las ingenió para caer a mi lado al fondo de la mesa, mientras que mi marido y sus padres se sentaron alrededor dejando a mi hija a mi lado para ...
... atenderla. El sitio era poco iluminado con la sola excepción de un par de lámparas pequeñitas que había sobre la mesa que daban suficiente luz para ver los platos y de paso no dar mucho calor en una noche ya de por si calurosa a pesar de estar al aire libre. La mesa tenía un mantel que caía a los lados de la mesa y en parte tapaban un poco las piernas. Pedimos las bebidas y poco a poco empezamos con la cena que se fue animando a medida que iba cayendo una de las botellas de vino que pedimos. Mi marido apenas lo probó ya que era el que tenía que conducir a la vuelta. Yo tomé un par de tragos de la botella y eso unido a que antes me había tomado un par de cañas ya empezaba a pasarme factura y me encontraba un poquito alegre (un día es un día, pensé). Me ocupé de mi hija durante la cena y con el paso de la noche iba notando que mi vestido, entre lo corto que era y el estar tanto tiempo sentada se me iba subiendo dejando gran parte de mis muslos al descubierto. Me encontraba feliz allí con mi familia. En un momento de la cena y debido a la cerveza y al vino me entraron ganas de ir al baño. Como estaba en la parte interior de la mesa y a mi derecha estaba mi hija y mi suegra después, decidí salir por la izquierda, es decir tuve que pasar dando la espalda a Raúl y después a mi suegro. Al pasar por encima de Raúl, noté como su mano acariciaba la parte interior de mi muslo que ante la sorpresa y la caricia hizo que sintiera una oleada de calor que ascendió hacia mi sexo sin que lo pudiera ...