A mi amiga le gusto ver mi pene erecto - Relatos Eróticos

A mi amiga le gusto ver mi pene erecto

... lubricante que ya levaba en la punta una gota bien gordota y ya era mucho que no se cortara el hilo pues andaba muevese y muevese de un lado a otro con las cabeceadas que daba mi pene.Luego ella, yo creo se canso de la posición en que estaba y se fue a sentar en la barra de cemento que tenia el cuarto a manera de sillón (como en los baños de vapor), pero en el camino ella se despojo de su toalla y pude ver su pubis bien velludo y su pequeña pancita totalmente desnuda. Y lo mas increíble es que se sento pero solo en la esquinita y abrió casi a todo lo que daban sus piernas, y ella aun con la mirada fija en mi miembro, pero ahora le cambio la cara, se puso seria y su rostro parecía como de enojo por sus cejas fruncidas, pero me di cuenta que no estaba enojada porque también hacia muecas con su boquita, torciendo los labios primero para par un lado y luego para el otro, mientras ella tenia apoyadas ambas manos en sus pernas y sus pies bien fijos en el suelo. Pero yo veía que los dedos de sus pies, con sus uñas pintadas de rojo, estaban como contraídos como que los apretaba.Luego bajo la vista a su pubis, acerco su mano y empezó a jalarse suavemente sus vellos púbicos, y asi fue como le vi los vellos púbicos que cubrían su rajadita que estaban bien mojados y hasta brillaban.Luego ella volvió a voltear a ver a mi pene, y yo ya me lo estaba sacudiendo enfrente de ella, me lo masajeaba primero despacio y luego rápido y volvia otra vez a hacerlo ...

... lento. Y ella sin quitar los ojos de encima de mi miembro se abrió los labios de su hermosa rajadita y con la otra mano primero se froto el clítoris y luego se metio el dedo índice poniendo sus ojos en blanco y abriendo bien grande la boca pero sin emitir ningún sonido, o mas bien como queriendo evitar emitir sus gemidos porque si jadeaba en su respiración.Ya ninguno hablaba de nada, solo era ver nuestros cuerpos, sus pechos, la verdad eran muy muy chiquitos, casi planita, pero sus pequeños pezones estaban bien paraditos.Eso era el paraíso. Yo de plano, ya sin ninguna timidez la levante de su lugar y le dije: "déjame ver tu ano". Y ella solo asintió con la cabeza y se agacho separando sus nalgas con ambas manos...Se veía hermosísimo su ano, con sus pliegues bien definidos como si fuera un asterisco. Yo se lo contemplaba mientras le acariciaba sus grandes nalgas. luego empece a besarle sus glúteos y comenzó a gemir muy quedito y cuando le pase la lengua por su ano ella estaba jadeando como un a****l en celo, pero sus piernas estaban temblando y temblaba cada vez mas y mas fuerte, por lo que me detuve, pero ella me dijo: "síguele por favor, por lo que mas quieras".Pero creo que me extendi un poco en este relato, en otra ocasión les contare el desenlace que para mi fue espectacular. Ah, otra cosa ella se llama Maria Eugenia, no doy sus apellidos para no balconearla, pero desde entonces con solo oir ese nombre me pongo bien caliente.Nos vemos!