La historia de Ángel, solo era un muchacho (16)
Fecha: 25/06/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... quería seguir contemplando aquella tentadora maravilla de macho evolucionando como si el aire le sostuviera.
Llegué a los vestuario y comencé a quitarme las mallas y el breve slip que llevaba debajo, habían marchado todos los demás bailarines y me encontraba solo en los grandes vestuarios, cogí la toalla y me encaminé a las duchas, en ese momento Ian entraba avanzando por el pasillo esquivando el banco del centro.
-¿Cómo tienes tanta prisa? Siempre me esquivas como si me tuvieras miedo. -se había quitado la camiseta y con ella se limpiaba el sudor de la cara y el pecho. Se situó delante de mi impidiéndome el paso.
-Ian, tengo prisa. -en lugar de apartarse se movía de un lugar a otro siguiendo mis movimientos intentando esquivarle. Consiguió sujetarme y me abrazó la cintura pegándome a él.
-No juegues Ian, déjame que vaya a ducharme. -intentaba soltarme y solo conseguía que él me sujetara más fuerte mientras se reía.
-No juego precioso, solo quiero tu culito y luego te dejó ir. -empujé con todas mis fuerzas mi culo hacia atrás para alejarle y cayó sentado en el banco llevándome tras de él quedando sentado en su paquete.
-Fierecilla, ¿quieres pelea? Me encanta que se me resistan, disfruto domando a los díscolos y rebeldes como tu. -me cogía con un brazo de la cintura, con la otra mano me sujetó la polla y me dio un mordisco en el hombro.
-Mira lo que tenemos aquí, si resulta que es un hombrecito y tiene pollita y huevos. -me cogió la bolsa testicular y me ...
... la apretó hasta hacerme chillar.
-No hay nadie cerca, puedes gritar lo que quieras. -conseguí separarme un poco pero volvió a sentarme sobre su pene, lo sentía duro y caliente, yo estaba desnudo y solo nos separaban sus mallas de baile, mi culo notaba todo el relieve y mi espalda la piel sudada de su pecho.
-Me vas a hacer enfadar Ian, ya vale, por favor. -le supliqué, me daba perfecta cuenta de que era mucho más fuerte que yo y a la fuerza no iba a conseguir que me soltara.
-Ya sabes lo que necesito y quiero de ti. -su mano había sacado el glande de mi verga del prepucio y lo acariciaba con dos dedos mientras ahora me besaba donde me había mordido. La verga le palpitaba encerrada en la tela.
Me besó en el cuello y estiré el cuerpo pegando mi espalda a su pecho.
-¿Por qué me rehuyes? Me gustas Ángel, haces que mi verga esté siempre dura cuando te veo. ¿No podemos ser amigos? Te lo suplico si quieres.
-Eres un presumido y te crees el dueño de todos.
-Pero contigo no puedo hacer nada, Angel, por favor, te lo ruego, me vuelves loco. -también yo me sentía caliente y deseoso ayudado por sus súplicas.
-¡Ohhhh, Ian! -su aliento se volvía más caliente y me llegaba su olor dulzón, la polla se me estaba poniendo dura estimulada por las caricias de sus dedos y abrí las piernas colocándome a caballo sobre las suyas sostenido sobre mis pies en el suelo.
-¿Sabes que me vuelves loco de deseo con solo mirarte, que los huevos me duelen cada vez que te veo, que la ...