Recordando al primer amor (Capítulo 34)
Fecha: 25/06/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos
... zapatos.
-¿Y aquel traje gris marengo que tanto te favorecía?
-Lo tengo en la tintorería.
-Si no te gusta, un chaquet yo te alquilaría.
-No te preocupes. ¿Y qué día es la boda?
-La ceremonia es el sábado por la mañana, pero se casan en La Roda.
-¡No jodas! ¿Tan lejos? En la provincia de Albacete.
-Sí, pero se llega en un periquete. Han puesto un autobús desde Madrid que nos lleva la Iglesia y luego a donde dan el banquete: en un restaurante de Bonete.
No me apetecía nada ir a esa boda. ¡Y nada menos que a La Roda! Pero aunque me joroba, voy a asistir para ver la actitud de Cristina. Y su actitud fue la de una mujer voluble y tarambana, que me mostró cual es su verdadera cara: la de una niña caprichosa y más ligera de cascos de lo nadie se imagina.
En aquel puñetero casamiento
en una localidad de Albacete
donde pasé un malísimo momento;
hizo el estólido este mozalbete.
A las siete de la mañana salimos para La Roda, y desde ese momento empecé a ver claro que aquella boda para mí iba a acabar muy malamente. Cristina se enrolló con toda aquella gente quedando yo totalmente ausente; sólo y abandonado a mi suerte.
¡Leches Cristina! que aunque en aquella ocasión era tu novio consorte, el dejarme sólo en el transporte para mí fue un tremendo corte ante aquella cohorte al no tener tu soporte.
Lo que me arrepiento es no haber abortado aquella situación que tu insensatez me había colocado: de novio plantado; ya que preferiste coquetear con ...
... aquellos galanes que te hacían la corte, antes de hacer el viaje sentada a mi lado.
Y yo medio alelado mirando por la ventanilla lo ancha que es Castilla; tú de cotilla con aquellos fulanos que eran mi pesadilla; y para más cabreo, con la falda por encima de las rodillas. No te dabas cuenta, pero se me resbalaban dos lágrimas por ambas mejillas.
¡Qué tarde empezaba a ver claro! Me encontraba tan solo, que me vino a la mente lo que otro día me contó Manolo. ¿Aquellos con los que en el trayecto te agasajaban sería alguno el de Talavera? Creo sinceramente que tanta desfachatez no tuvieras, pero que lo que sucedió después, la duda me somete: ¿No sería aquel que te enrollaste en el banquete?
Llegamos a la iglesia, y seguías con tu actitud altanera, con o sin el de Talavera, seduciendo antes mis ojos a los que te agasajaban con sus piropos para mi oprobio. ¡Claro! ahora lo entiendo, ¡pero si a nadie me presentaste como tu novio!
Y un servidor aguantado los coqueteos y devaneos de la que se supone que debería estar colgada de mi brazo. Pero no, lo que me dio fue un mazazo; y cómo exenta de todo compromiso sentimental que la retuviera; y sin importarle que yo le viera, hacia caso del agasajo que todo varón le concediera, y de una forma banal.
Pero la culminación de sus disparates, fue cuando sentados en la mesa de"la tragantona"*, se desentiende de mí y totalmente me abandona. Y la muy"malona" se enrolla con otra persona; un fulano con cara burlona que le empieza a hacer ...