Ya soy el puto del equipo (XIV)
Fecha: 25/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... vivir y resolvérsela.
Una vez en casa y colocando las cosas en nuestro armario, me dice Abelardo:
— Sé que viste a mi padre en la ventana desde el taxi.
— Sí, le vi y lloraba.
— ¿Me acompañarías un día para hablar con él y perdonarnos uno al otro?
— Aunque con ello me fuera mi vida, te acompañaré.
***** ***** *****
Estaba acabándose junio, yo tenía costumbre de ir cada año durante el mes de julio a Venice en California, pero estando Abelardo en casa, me parecía que no debía irme o me lo llevaba conmigo. Tampoco podía ir en agosto porque la segunda quincena acompañaba a mi taita a su pueblo, le ayudaba a poner orden a aquella casita pequeña y éramos felices esos quince días. Así que decidí hablar muy en serio con mi taita sobre ambos asuntos. Le expuse el inconveniente de dejarme a Abelardo, que por un momento pensaba llevarlo a algunas excursiones organizadas, pero me pareció muy aburrido que fuera solo. Por tanto iríamos a la casa de la playa los dos y a la mierda California y excursiones, al menos este año.
— Ahora bien, taita, donde tengo la gran dificultad es en qué hacer con él la segunda quincena de agosto.
Y me contestó como si todo estuviera calculado, decidido y confirmado:
— Abelardo se viene con nosotros al pueblo para que lo conozca, Dorito; no vas a dejarlo solo aquí, ahora que me quiere tanto…, ¡ah!, y un secretito tengo para ti…
— Dímelo, taita, dímelo…
— He invitado a la mamá de Abelardo, a la señora Serafina, que es mi ...
... amiga y me ha dicho que sí, que necesita unos días con otros aires.
— Así que lo tenías todo arreglado y vengo yo a consultarte y me lo encuentro todo cocinado y a mí no me habías consultado nada…
— ¿Cuándo te he consultado algo que ha sido bueno para ti? Si cada vez hubiera tenido que consultar tú ya estarías muerto, Dorito.
— Perdona, taita, perdona, es que…
— Ni es que, ni es ca… Lo que es bueno para ti y para Abelardo os lo haré siempre sin consultar, sería yo una descarada y vaga; no, Dorito, no; mi vida tiene sentido si te cuido y protejo…
— Gracias, taita, y le di un beso fuerte, muy fuerte.
Abelardo se asomó por la puerta escuchando lo que hablábamos y dijo:
— Yo tampoco te consultaré lo que es bueno para ti, te lo hago y en paz.
Entonces comunicamos el plan a Abelardo. Se puso feliz de saber que su mamá se venía con nosotros. Mi taita le dijo que se habían hecho amigas porque se juntaban casi todos los días en el mercado o en otro lugar porque quería saber de ti. Algunos días ha venido y ha estado conmigo dentro y desde allí te ha escuchado y se ha puesto feliz de oírte feliz. Por mi parte, llamé a don Fermín para darle las gracias por haberlo dispuesto todo y que todos los chicos han quedado muy contentos.
— Además —le dije—, no voy a ir a California, porque está Abelardo aquí…
— Pensé que querías que fuese contigo, iba a arreglarlo todo.
— No es necesario, don Fermín, iremos a la casa de la playa algunos días y otros estaremos en casa ...