La fantasía de mi marido
Fecha: 25/09/2017,
Categorías:
Anal
Autor: Samantha Maggie, Fuente: CuentoRelatos
... copulando, que ideé un plan para conseguirlo. Estuve hilando la idea durante algunas semanas después. Y cuando platiqué del asunto con mi marido, él se rehusó tajantemente. Pero al final fue cediendo y logré convencerlo al decirle que para mí era muy importante que él sacara de su mente a esa otra mujer que competía conmigo en su corazón y que la única forma de lograrlo era cerrando el ciclo.
—Tienes que hacer tuya a Rebeca y yo te voy a ayudar.
Cuando el bebé ya había cumplido medio año, entramos en acción. Invité a Rebeca a una noche de chicas con mis amigas. Salimos a bailar a un lugar de moda y sobra decir que Rebeca causaba furor entre los hombres que estaban en el antro que visitamos. A cada pieza que comenzaba, mi comadre era la primera a la que invitaban a bailar. Mis amigas y yo bromeábamos con ella diciéndole que había acaparado toda la mercancía para ella sola. Esa noche nos acompañó mi amiga Julia, una divorciada hiperactiva que convenció a Rebeca de presentarle a un muchacho muy apuesto con el que acababa de bailar. Por el final de la noche, todas brindamos al ver que Julia había conseguido besar al musculoso galán y cuando vaciamos los tragos, Rebeca se acercó para decirme al oído que estaba muy borracha.
—¿Y cómo no, comadre? Si llevas horas baile y baile y tome y tome —le contesté riendo.— La última y nos vamos —Le propuse. Pero esa última copa se convirtió en una larga serie de tragos que terminó cerca de las 2 de la mañana.
De acuerdo al plan, ...
... mientras Rebeca y yo nos divertíamos, mi marido y Eduardo estarían en la casa de la feliz pareja haciendo de niñeras y viendo el fútbol en la televisión. Mi hijo y mi hija habían acompañado a su papá, para que según palabras de Tatiana “una mujer se hiciera cargo del bebé y no un par de borrachos”.
Cuando Rebeca y yo salimos del lugar en donde habíamos estado de fiesta, le envié un mensaje a mi marido, como lo habíamos pactado, para que pasara por nosotras y nos llevara a mi casa. Todo estaba saliendo bien, excepto por la borrachera que pescó mi compadre Eduardo, por lo que mi marido me envió un mensaje diciéndome que no dejaría a mi compadre borracho y solo con el bebé y mis hijos. Así que decidí llamarle.
—¿Por qué dejaste que se emborrachara? Seguro tú estás igual, tonto. Lo vas a echar a perder, todo por briago —Lo regañé cuando respondió mi llamada.
—¿Y yo qué iba a saber que ustedes iban a tardar tanto, eh? ¿Ya viste la hora? Toma un taxi y nos vemos aquí. Y para que lo sepas, yo me tomé dos putas cervezas en toda la noche —Me respondió mi marido, que parecía arrepentirse de seguir con el plan en el último momento.
—Espera, no te enojes, estoy pensando en algo para salvar la noche… —Era una idea tonta, pero que funcionaría si mi hija ponía de su parte.— Dile a Tatiana y a Omar que me emborraché con mi comadre y que se van a tener que quedar en la casa de Rebeca a cuidar al bebé en lo que tú vienes por mí.
Mi esposo hizo silencio al otro lado de la línea, ...