39.2 Una noche de piel negra
Fecha: 01/03/2020,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... en nuestro grupo, ayudaba a las chicas y a mí también haciendo que se me subieran los colores a la cara.
Cuando nos encontramos de nuevo con el resto de los grupos, eran más de las siete y teníamos que caminar hasta el lugar donde nos esperaba el autobús para volver. Se desviaron para llevarnos a un restaurante rústico donde íbamos a tener la cena, nos esperaban allí los directivos de la empresa que había estado a la mañana.
Descansamos un rato en el bar, todos estábamos rendidos y caímos en los sillones agradecidos. Todo se animó cuando empezaron a beber y el cansancio desapareció como por ensalmo, como si nos hubieran embrujado.
Durante la cena nos habló uno de ellos, mañana jueves a la tarde llegarían algunos de nuestros mentores para hablar con nosotros y sobre la empresa. Todos estaban ya desinhibidos y las risas salían atropelladas y muy fuertes.
Llegamos al hotel a las once de la noche y reinaba la alegría, imagino que de la camaradería que se había generado. Subí inmediatamente a mi habitación para quitarme la ropa tan molesta y estar bajo la ducha una hora entera.
Esperaba la visita de Robin y me había limpiado en la confianza de que llegara, debí equivocar sus señas, no se presentaba y no me hubiera molestado, me ponía muy excitado y deseaba volver a estar como la noche pasada.
Decidí aprovechar el tiempo y abrí el ordenador, para escribir una reseña de lo que iba sucediendo, llevaba varias páginas escritas y me sentía cansado, me forcé a seguir ...
... escribiendo para que no se me olvidara nada, Llamaron a la puerta e imaginé que sería Robin y así era, dejé la puerta abierta para que pasara, llevaba puesto solamente una camiseta y pantalón corto muy ancho con muchos bolsillos.
Volví al ordenador para terminar el párrafo que estaba inacabado y cerrarlo, se colocó a mi lado y se inclinó para ver lo que escribía, como había algo que se refería a él y no quería que lo leyera, cerré el programa y apagué la máquina.
Pasó sus manos por mi pecho desde atrás y acarició mis tetillas que se pusieron duras con su contacto, se inclinó para besarme el pelo.
-Sigues oliendo muy bien y a caramelo. –sus manos acariciaban mi cuello y barbilla, me sujetó por los sobacos y me elevó de la silla.
-Me tienes esclavo de ti, si no hubieran estado los demás te hubiera follado cuando te caíste en el río.
Apartó la silla con el pie y me abrazó, bajé mi mano para pasarla por el bulto que apretaba contra mí.
-¡Jolines como estás ya! -no hubo respuesta de palabra, me agarró como si fuera una novia y me llevó hasta la cama con prisas. Tenía urgencia y se le notaba.
Se tiró encima de mí y me devoraba con su boca intentando arrancar mi chaqueta de dormir, temí que rompiera los botones.
-Para, para Robin, ya me la quito yo. –me sentía halagado por su urgencia y despertar ese deseo en él, hoy no había plan de conquista, sabía que era suyo por un tiempo y que podría hacer lo que quisiera conmigo.
Ya me tenía desnudo y me abracé a él, ...