En el cine porno, todo rico
Fecha: 19/11/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: insatisfecho, Fuente: CuentoRelatos
Hoy, exactamente hoy, regresé del cine acostumbrado, mi culito está hablando por mí, así que le cedo la palabra a él.
Estuve desde muy temprano en el teatro, para evitar perderme lo mejor, pasaban las horas y nadie se atrevía a molestarme siquiera. Palpitaba como nunca de deseos, ya que hacia buen tiempo nadie osaba tocar la puerta siquiera.
Bien ya casi al final del día, de la nada apareció un chico que se detuvo a verme las nalgas, porque últimamente tengo que desnudarme solo los cachetes para atraer algún cazador. Y felizmente apareció, empezó a acariciarme como si nunca hubiera tenido unas nalgas en sus manos, yo estaba deliciosamente aturdida por esos embates a veces violentos de este caballero, pero lo dejaba sin ningún recato, me hacía excitarme sobremanera. Pues de tanto taladrarme con su dedo, me tenía en el aire, que manera tan brusca de meterme el dedo, pero me hacía delirar.
Tengo que detallar el tiempo, estuvo más de media hora cogiéndome con el dedo. Mmmm ya me dolía del roce de su uña, pero yo ahí aguantando para lo que se venía, pues sí que llego y de qué manera, se puso el forro, e inmediatamente me echo gel, así que la cosa iba en serio. Como siempre yo después de tanto tiempo que no me cogían, lo tenía otra vez estrecho, el pobre no sabía en qué pose ponerme para lograr metérmela, yo lo ayudaba de vez en cuando, pero igual mi ano se resistía a dejarlo entrar, pero los dos estábamos como fuego.
De repente en un movimiento casi sin quererlo se ...
... deslizo triunfalmente dentro de mi huequito, mmmm de veras tengo que decir que sentí la gloria, porque eran tantas mis ganas que cuando me lleno mi ano todo eran luces en mi cerebro, el hombre tampoco lo podía creer que al fin me había penetrado, así que se dio un breve descanso para respirar, y aquí viene lo exacto del título de este relato, empezó una faena deliciosa que nunca jamás en mi vida había sentido.
Parecía que quería matarme de tan violento que se puso, me levantaba de las nalgas, me apretaba mis piernas debajo de ellas y me incrustaba sus uñas suavemente, que en vez de dolor sentía satisfacción, era un tigre arañándome al cogerme, imaginase un real tigre cogiéndome, así era el, me mordía la espalda, me hacía sentir una hembra dominada, el parecía que había tomado viagra, porque no tenía cuando acabar, y cada vez que sentía que iba a explotar, se agarraba de la base de la verga metida en mi culo y me abría mucho como dándose un pare a su posible eyaculación, lo hizo continuamente, creo que al menos fueron 10 veces que repitió la aguantada, de tal manera que el tiempo pasaba inexorablemente, yo estaba totalmente entregada a esa faena, mis nalgas como nunca se movieron en todo sentido para procurarle el máximo placer que él me agradecía besándome la espalda y arañándome como también dándome pequeñas mordidas, es decir creo que jamás volveré a vivir tal experiencia, lo sentía todo un tigre que me abrazaba y a pesar que era un poco más bajo de altura que yo, lo ...