Mis primeras experiencias junto a las hijas de la Criada.
Fecha: 07/09/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... observando el filo de la falda y el vestido, deseando que estén mas levantados. Ese día no pasó mayor cosa, pero noté que tomaron mayor confianza hacia mí. Pasaron 2 días más de la misma manera en que ellas se acercaban y se arrimaban en mi para ver los dibujos del día, momento que aprovechaba para abrazarlas por la cintura y esperar alguna reacción de ellas. Ya al cuarto día, las niñas me invitaron a jugar con los triciclos, pero les dije que solo quería seguir dibujando, pero entre abrazos y ruegos me convencieron para jugar, yo tomé el papel de la estación de servicio donde ellas recargarían gasolina a sus triciclos. Sentado en el suelo tenía una hermosa vista de cómo el torpe pedalear de esas princesas me permitía ver esos calzoncitos floreados y desgastados. Admirar cómo el asiento de Érika remarcaba y se presionaba en su pelvis a diferencia de Estefi que el calzoncito estaba sumamente grande y flojo, mostrándome una imagen casi de 10 de su conejito sin bello alguno. El mejor momento del juego era cuando me tocaba darle mantenimiento a sus triciclos, les decía que revisaría por completo los motores y que no debía de bajarse del auto. Para esto, me acostaba como mecánico debajo del triciclo y usaba mis lápices como las llaves de tuercas, de esta manera podía admirar más de cerca todo eso que un pedazo de tela podía torpemente ocultar. Primero pasó Érika, yo estaba emocionado por ver todo lo que pudiera, ella en ningún momento buscó la manera de cubrirse, en cambio, como ...
... si nada solo esperaba a que terminara mi servicio, usando los lápices acariciaba sus muslos y parte de sus nalgas, ella al sentir eso, levantaba su falda para verme y me preguntaba sobre lo que hacía, le explicaba que debía comprobar el motor y ella era el motor, ella en su inocencia se convencía con mis palabras y yo seguía con mi trabajo, por momentos dejaba los lápices a un lado y con mis dedos tocaba esas partes prohibidas delicadamente, incluso traté de mover un poco su calzón para observar ese conejo que a simple vista ya tenia varios pelitos que sobresalían en la fina tela. sin querer, por mi emoción halé una de sus bellos, haciendo que ella pegue un saltito. Yo esperando a que me riña por eso y se enoje, ella se rió a carcajadas y solo dijo sonriendo que ya era el turno de Estefi. La princesita colocó su triciclo cerca pero antes Érika me dijo que su hermana no tenia muchas cosquillas, yo sin entender bien esa información, procedí a revisar esas hermosas piernas. La diferencia era clara, con Estefi era fácil ver su conejito, atreviéndome incluso a tocarlo directamente y la niña no decía nada. coloqué un dedo entre el asiento y la entrada de su vagina por un momento, y al sacarlo olía un aroma nuevo para mí, entre ácido y dulce, era tentado a lamerlo, pero el miedo ganó esta partida. Érica volvió a decir que su hermanita no tenía muchas cosquillas, con lo que aproveché desde abajo de su vestido a acariciar y jugar con su estómago, Estefí se retorcía de la risa igual que ...