La relación i****tuosa con mi adorada sobrina Florencia, comenzó a tornarse más frecuente y apasionada. Ella había conocido el verdadero placer del sexo conmigo, le había tomado el gusto y se volvió una adicta. Yo era su víctima y el beneficiario de esa locura. No me quejaba, al contrario, estaba feliz y dichoso con poder acostarme con una mujer mucho más joven que yo que además tenía el condimento morboso de ser mi sobrina política.Por otra parte, como consecuencia de la frecuente práctica sexual que gozamos, creo yo, mejoró mucho físicamente y también de carácter. Como me lo confirmó luego, había aumentado un par de kilos, que se le distribuyeron en el culo y en las tetas. Ambos lugares lucían mucho más atractivos para mi deleite.A pesar de ello, mi gran temor a ser descubiertos y al consiguiente escándalo familiar, me tenía preocupado. Yo procuraba que esa relación fuera lo más discreta posible, pero Flor a veces se salía del libreto. Contaré aquí algunas de sus locuras.Su padre de una muy buena posición económica, tenía y tiene una hermosa casa de fin de semana en las afueras de la ciudad, adonde acostumbraba hacer eventos familiares a los cuales estábamos invitados varios de la familia. Casa inmensa con piscina y una gran parrilla, eran los atractivos que nos convocaban.En esas reuniones, y siempre a riesgo de ser vistos por alguien, Florencia se solazaba en tocarme la picha cada vez que quedábamos solos. Y no solo eso, recuerdo que muchas veces nos cruzábamos y me ...
... entrega disimuladamente sus tangas mojadas. Me decía…para que no te olvides de mí... Para que las huelas y me sigas deseando…Pero su audacia no terminaba allí, recuerdo un par de ocasiones donde su audacia nos llevó más lejos.En una oportunidad, su padre me pide bajare al sótano y buscar de su bodega unas botellas de vino para acompañar el almuerzo. Ni lerda ni perezosa, Florencia se anotó para acompañarme. Cuando llegamos al sitio, me ubicó en un lugar donde no podíamos ser vistos si alguien nos buscaba, me bajó muy rápido la cremallera del pantalón, se apoderó de mi verga y empezó a darme una mamada espectacular. Sus manos jugaban con mi picha en una delicada paja mientras su boca engullía mi miembro para chuparlo con desesperación mientras me decía entre mamada y mamada…Que cosa linda, mira como le gusta lo que le hago que ya se pone dura…Vos estás loca Flor, mira que puede venir alguien…le decía mientras poco a poco empezaba a sentir el goce de ese juego. Ella, ajena a todo y concentrada en su labor me acariciaba los testículos y seguía chupando. Los nervios de la situación no me dejaban concentrarme y mi eyaculación se demoraba, no obstante las caricias eran tan placenteras que terminé llenándole la boca con mi leche, que bebió toda sin dejar una gota. Se levantó y me dio un tremendo beso acompañado con mi propio semen mientras decía…Si no te la chupaba hoy, me moría…En otra ocasión, estábamos casi todos en la piscina, pero a poco todos se fueron retirando para tomar la ...