UN AMIGO PARA MI ESPOSA - Relatos Eróticos

UN AMIGO PARA MI ESPOSA

Con mi esposa llevamos 25 años de casados y después de los primeros dos años de nuestro matrimonio no habíamos tenido hijos. Nuestra relación fue bastante caliente y nuestra vida sexual también, lo hacíamos casi a diario y los fines de semana preferíamos no salir de casa para poder pasar cogiendo las veces que se nos antojara, nos gustaba andar desnudos por la casa y todo era de maravilla, después vinieron dos hijos y las cosas cambiaron un poco, pero todo se fue llevando con paciencia y se salimos adelante. Ahora ya los hijos crecieron están estudiando en el exterior y quedamos solos nuevamente. Hasta aquí todo perfecto. El asunto es que desde hace unos años para acá mi esposa se ha vuelto bastante neurótica, todo lo discute y el ambiente es cada día más tensionante al punto que cuando ella dice algo, este o no yo de acuerdo, lo mejor es llevarle la corriente, mas sin embargo esto genera demasiado desgaste y la vida se torna muy molesta. En la parte intima los encuentros se fueron distanciando y en los últimos tiempos han pasado meses sin nada de nada. En el proceso de buscar una solución termine congeniando con una antigua amiga que estaba sola, empezamos a salir, a tomar de vez en cuando una copa y de esa cercanía poco a poco fue naciendo una empatía y un día terminamos en su departamento cogiendo de maravilla. La verdad ninguno de los dos quería una relación permanente en razón a lo complicado de explicar a las respectivas familias, por eso seguimos siendo amigos y ya. ...

... Tenía claro que si mi esposa se enteraba de esa relación intima armaría un escándalo terrible y yo quedaría como el malo. Mi esposa se conserva muy bien tiene un cuerpo armonioso, un rostro atractivo y en especial unas piernas bien torneadas que siempre llaman la atención. Y ha dado la casualidad que recientemente me encontré con un amigo de la universidad, que era el terror de los compañeros porque a la menor oportunidad se les estaba cogiendo sus novias, tenía una labia y tan buena presencia que no sé como hacia pero lograba hacer caer hasta la más difícil. Era muy persistente en la conquista y recordé como le daño el matrimonio a una compañera casada muy joven a quien después de conseguir lo que el quería, cogérsela, dos o tres meses después desapareció sin decir nada. Recordando eso se me ocurrió invitarlo a tomar unas copas para hablar y recordar viejos tiempos, el se llama Rafael. En medio de la conversación recordamos tiempos de la universidad y le pregunte sobre sus conquistas como iban, me dijo que aun estaba soltero, que el matrimonio no era para él y que además habiendo tantas mujeres bonitas para que quedarse con una sola. Entendí perfectamente que su manera de ser no había cambiado, seguía siendo el mismo Don Juan, pensé en invitarlo a casa, darle unas copas y ver qué pasaba entre él y mi esposa. Desde la primera vez que nos visito no hizo más que lisonjear a Fanny, mi esposa, y ella feliz, tanto que cuando él se fue, enseguida me dijo… Mira como es de caballeroso ...