Esclavo Primera vez
Fecha: 10/08/2019,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... algunas imágenes del mentado miembro en erección. Decidí aprovechar y dejar entrever mi interés. Le dije que lo tenía tan grande que comenzaba a antojárseme a mí. Me preguntó si era bisexual. Le dije que no, pero que estaba abierto a esa exploración. Me preguntó que exactamente que me gustaría experimentar, así que le hablé de mi morbo con la sumisión en el contexto sexual. Después de intercambiar varias ideas sobre la temática él me dijo que tenía la fantasía de tener un esclavo sumiso, al que pudiera pedirle lo que fuera en el plano sexual y este no pudiera negarse, me dijo que si este era casado y fuera a escondidas de su esposa el tema le revestiría mucho más morbo.
Después de discutir algunas condiciones le dije que su fantasía me generaba morbo y que estaba dispuesto a explorarla. Entonces me dijo, si decides entrarle, nos veríamos una vez por semana. Cuando estés aquí, serás mi esclavo, lo que yo te pida deberás hacerlo, una vez que te vayas, volverás a tu vida normal y no te molestaré, pero toda una tarde una vez por semana serás mío y estarás dedicado a cumplir mis caprichos y darme placer.
Acordamos una cita para el siguiente sábado. Me moría de nervios a lo largo de la semana. No estaba seguro si asistiría. Pasaba por momentos contradictorios. De pronto la idea me parecía súper excitante, de pronto pensaba que sería algo muy degradante, que me arrepentiría y no podría vivir con eso. Pero la verdad es que toda la semana me mantuve en un estado de excitación ...
... constante, con varios picos de calentura al día. Me sorprendí cogiendo a Nadia mientras fantaseaba con la idea.
Llegó el sábado. Yo aún no estaba seguro de ir. Ya tenía inventada una excusa para desaparecerme toda la tarde de ese día. Conforme se acercaba la hora, mi nerviosismo aumentaba. Llegó la hora y de acuerdo con mi excusa salí de casa. Comencé a conducir sin rumbo, nervioso, indeciso. Finalmente, repasé el tiempo que llevaba dándole vueltas al asunto en mi mente y ahora tenía la oportunidad de experimentarlo; si no me gustaba, simplemente no volvía y asunto resuelto. Decidido conduje a la casa de Manuel. Una vez que me decidí el morbo, mezclado con nervios me mantenía en un estado de elevación muy interesante. Mi adrenalina al máximo, mi pene fluctuaba entre la erección máxima y un estado de semireposo, mis manos sudaban y me costaba respirar.
Llegué puntual a la cita y decidido toqué el timbre. No sé exactamente qué mezcla de hormonas estaba en mi torrente sanguineo, pero el estado en el que me tenían era similar a estar bastante drogado. Y Manuel abrió. Llevaba puesta una bata. Me dijo –Llegas puntual perrita, mejor para ti- Antes de dejarme pasar me miro seriamente a la cara y me dijo –Estás totalmente seguro de lo que vas a hacer. Una vez que cruces esa puerta será mi esclavo hasta que yo te libere, no podrás negarte a nada. No tendrás mayor voluntad que cumplir mis deseos- Nervioso asentí. El asintió también y me dejó entrar.
En cuanto entré me ordenó: ...