La traicion de un sueño
Fecha: 28/07/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: cliksexy, Fuente: RelatosEróticos
... manos con sus tetas, bueno en verdad me faltan manos, y besándola en el cuello con mi lengua. Se le puso la carne de gallina y de inmediato, el efecto pretendido, los pezones duros como piedras.
- “No empecemos, que no llegamos a la fiesta” – me díjo, mientras yo pegaba mi polla a ella y la insertaba en la raja de su culo por encima de la ropa. Se separó como pudo, se volvió y comenzamos a besarnos con pasión, con lujuria, intercambiando fluidos, lengua y manoseando todo lo que podíamos.
- “Ya, ya, ya. Vamos, nos ponemos los cascos y nos vamos, que me apetece un copa. – me dijo. Yo sabía porque me decía esto y pase mi mano por su braguita, comprobando que ya estaba empezando a estar muy húmeda.
Llegamos a la fiesta. No era en casa de mi amigo, sino que era “prestada”. Era un chalet precioso, apenas a 60 metros de la playa, con un jardín de cesped enorme y una piscina. Tenía una estructura en medio del jardin a modo de chiringuito. El ambiente era bastante bueno, la verdad, con mucha gente, música animada, un sitio de lujo. Fuimos a la barra y pedimos un par de copas. Allí mismo nos encontramos con gente conocida y nos pusimos a charlar. Al rato, sin darnos cuenta, ella charlaba con un grupo y yo con otro, aunque practicamente uno al lado del otro. En mi grupo había una mujer, de nuestra edad, por cierto tenemos 36, que no paraba de mirarme a los ojos. Era morena, ojos grandes y verdes, con el pelo largo, a media espalda y un poco rizado y llevaba una especie de ...
... vestido de fiesta, color marrón, más o menos, atado al cuello y un poco suelto. Se notaba perfectamente que no llevaba sujetador y dejaba imaginar unos pechos firmes, no demasiado grandes, y un tanga o … nada, porque no se señalaba nada en su trasero. Fui a pedir otra copa a la barra y llego ella a por otra.
- “Tanta charla da mucha sed- comento ella.
- “Si, además el calor que hace esta noche, seca la garganta” – le dije yo, mientras sonreia cortesmente. Tampoco era cosa que me pasara y mi mujer me viera, lo cual hubiera sido motivo de “colleja” por su parte.
- “La verdad es que si que hace mucho calor. Dan ganas de tirarte a la piscina.” – me dijo mientras se apoyaba con el codo en la barra y se giraba hacia mí. Eso hizo que pudiera ver todo el perfil de sus pechos al natural, tapando su vestido solo sus pezones. Y dando un buche a su copa, se relamió los labios a modo de saborear la copa.
- “Hombre, te vas a estropear un vestido precioso” – contesté yo, intentando decirme a mi mismo que diera un toque de humor al momento, porque la visión que tenía comenzaba a turbarme la mente y los instintos masculinos, que dicho sea de paso, seguían activos desde el garaje con el olor y el sabor de mi mujer.
Seguiamos charlando sobre vanalidades y en cada movimiento por leve que fuera que hacía a la hora de reirse o gesticular la conversación la tela de su escote hacía ademán de abrise y mostrar algo más que el perfil de sus tetas. Yo apenas podía mantener la atención en la ...