Todo comenzó durante mis vacaciones, yo contaba como dije 12 años y mi hermano 22, un día nuestros padres se fueron al pueblo para hacer las compras, era la hora de la siesta y mi hermano me dijo que quería hablar conmigo, yo estaba leyendo una revista y fui adonde el estaba, comenzó con una charla un tanto extraña para mi, me dijo que yo tenía ya 12 años. edad suficiente para debutar con una hembra, yo no sabía que me quería decir y comenzó hablándome de la zoofilia, según el una práctica muy común en los hombres de campo. Me sorprendió al decirme que el desde hacía años se culiaba las gallinas, que para satisfacerse eran muy buenas que las gallinas ponedoras que teníamos en casa eran maravillosas para hacerlo y que se aguantaban muy bien una pija de hombre como la de el de 19 cm, fuimos al gallinero y el "mi maestro" me dijo que lo mirara como lo hacía y después lo haría yo. Las gallinas eran de gran tamaño, de raza de ponedoras de huevos, plumaje rojo oscuro y lo mas llamativo en ellas era el orificio por donde ponían los huevos, estaba bien desprovisto de plumas y tenía unos labios bien carnosos que le daban el aspecto de una concha. Yo solía mirar ese detalle y pensaba que bien se le podía meter la pija, teniendo en cuenta el tamaño de los huevos que ponían, a veces fantaseaba que me podía culiar una ya que muchas veces me despertaba a la madrugada con la pija bien dura y me hacía una buena paja, lo cual me gustaba mucho y ya sabía muy bien como gozarla mas, yo abría ...
... bien las piernas y sentía un inmenso placer, especialmente en la entrepierna, una sensación que me hacía estremecer de placer, yo dormía solo en casa de mis abuelos y podía dar rienda suelta al placer de pajearme, por entonces yo no eyaculaba, no me salía nada de semen y soñaba con ser hombre muy pronto, tenía la fantasía de tener la pija de muy buen tamaño y bien poblada de abundantes pendejos. Esa tarde en el gallinero con mi hermano "mi maestro", sentí que había llegado el momento tan esperado por mi, el de meterle la pija parada a una hembra y gozar con ella el placer que sentía cuando me pajeaba, mi hermano sacó de las jaulas a una de sus hembras preferidas a la que se culeaba cuando se le antojaba, en un rincón del inmenso gallinero había una mesa de baja altura, tenía atornillada una máquina manual para moler maíz para los pollitos, dejó la gallina encima de la mesa, le puso ambas manos sobre sus alas y la acarició largamente, la gallina se paro con total mansedumbre y se dejó acariciar como si le encantara que un hombre le hiciera eso mientras que emitía unos suaves corococo, corococo y mi hermano le decía -¿Estas lista para recibir mi pija bien parada amor? Yo se que te gusta mucho mi pija dura y ya te la daré. Acto seguido, mi hermano se sacó el pantalón corto que llevaba sin calzoncillo debajo y ya tenía la pija como un garrote, el actuaba como si estuviera solo, mi presencia no lo intimidaba en absoluto, mas aún creo que disfrutaba en hacerlo para que yo lo viera, yo ...