Apartamento de chicas universitarias
Fecha: 27/07/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... marcha, ya nadie me podía parar; y más sabiendo que las tres deseaban probar.
Los siguientes días "desfilé" ante ellas luciendo mis modelitos de minifalda (es mi prenda favorita y cuanto más corta mejor). Mis paseos hasta la ducha los hacía vestida, pero de vuelta a mi habitación me paseaba delante de las tres como mi madre me trajo al mundo; enseñándoles mi chocho pelirrojo y enseñándoles también mi culazo blanquito y pecoso. ¡Se me olvidaba decir como son mis tres compañeras! :
Lorena tiene el cabello muy cortito, de color castaño; es muy bajita y de silueta atractiva y redondeada. Julia es rubia natural, incluso las cejas; su melena es larga y lisa; su figura es como la de una modelo escultural y, tengo que decir que su culo es más bonito que el mío y sin pecas. Estrella es una morena espectacular, de cabellos rizados por los hombros, pero no en exceso; tiene la piel bronceada y su cuerpo es voluptuoso.
Una tarde salí temprano de la facultad y al llegar al apartamento vi que no había nadie, o eso me pareció a mí. Me duché despacio, disfrutando el agua caliente; al creer que estaba sola decidí recortar el vello de mi pubis y afeitar mis ingles en el aseo, sin cerrar la puerta. Siempre me recorto y me afeito el chocho después de la ducha, para que mi piel esté suave; y al terminar "la poda" me enjuago en el bidé.
Yo estaba de pie, con mis piernas separadas frente al espejo del mueble vertical; las tijeras iban dejando caer mis rizos rojos sobre las blancas ...
... baldosas cerámicas. El leve sonido de una respiración acelerada hizo que yo girara mi cabeza hacia la puerta. Encontré a Lorena junto a la puerta, observando en silencio como me recortaba los pelos del chocho, dijo:
—Margarita, como brillan tus rizos en el suelo, parecen bronce, ¿puedo tocarlos? — le respondí:
—Si te hace ilusión tócalos, aunque me da algo de vergüenza.
Lorena se puso en cuclillas delante de mí, mientras yo seguía de pie con las piernas abiertas. Con su mano derecha amontonó los rizos de mi sexo esparcidos por el suelo, como jugando con ellos. Al ver yo su melenita castaña y suave moviéndose debajo de mí, a la altura de mi chocho; los labios internos de mi sexo se inflamaron de deseo y, rosados como pétalos afloraron al exterior. Lorena miró hacia arriba viendo el brillo de mi sexo excitado a la altura de sus ojos; me dijo con un hilo de voz:
—Margarita, ¿puedo rozar tu sexo con mi lengua?, solo un poquito.
— Por favor Lorena, por favor. — dije con el corazón galopando tras mis pechos.
Lorena pasó de estar en cuclillas a ponerse de rodillas delante de mí. Sacó una lengüecita muy pequeña y algo oscura. Paseó su lengua por mi raja con suavidad. Notaba yo como mis labios internos querían atrapar esa lengua atrevida y cálida, después la subió un poco pasándola por mi pubis, escupiendo pelos de mi coño, pelos que no habían caído al suelo tras "la poda" y que se habían pegado a su lengua. Sonó un portazo y, el sonido de unos tacones muy veloces ...