1. Internet y sus relaciones II


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Masturbación Autor: Escritordebondage, Fuente: xHamster

    ... deseo. Aquel relato le estaba volviendo loca. Sin pensarselo dos veces, tomó el elástico de las bragas y se las bajó por las piernas hasta quitárselas y dejarlas sobre el suelo. Entonces, se espatarró sobre la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y comenzó a tocarse el chumis. Tenía un coño poblado, con abundante y rizado pelo negro. Sus labios estaban hinchados y abiertos, y el clítoris, fuera de su capuchón, se erguía eniesto. Era evidente que tanto la raja, como el abundante vello estaban humedecidos por abundante flujo vaginal. María José no se masturbaba desde que era adolescente, pero en aquellos momentos lo estaba haciendo con renovada pericia y necesidad.Le excitó mucho leer cómo los Amos le prohibían a la sumisa esposa mantener relaciones sexuales con su marido mientras ellos la explotaban a su antojo. Finalmente, al cabo de varias semanas la joven estaba totalmente dominada y adiestrada, y el marido tremendamente frustrado.María José se penetraba vigorosamente el coño con dos dedos que chapoteaban en el encharcado agujero. La mamá de Susana se mordía el labio inferior, la cara contraída por el placer y la habitación inundada por sus gemidos. Estaba tan cachonda que no sabía si iba a poder concluir el relato antes de correrse.Leyó con ojos nublados y entre jadeos, cómo los Amos invitaban a la pareja a cenar, y cómo durante la cena demostraban al atónito marido el dominio que tenían sobre su mujer. La humillación fue total y absoluta, ya que ante las ...
    ... preguntas del Amo la joven esposa reconoció que prefería su polla a la de su marido, que éste no la hacía gozar como su Amo y que si en ese momento la obligasen a elegir entre volver a casa con su esposo o quedarse a vivir y a servir a sus vecinos, se quedaría. El joven marido la miraba embobado, pasivo, sin creerse lo que oía, pero sin saber por qué, con una tremenda erección. Entonces, el Amo se levantó y sin mediar palabra se bajó pantalones y calzones en un solo movimiento y advirtió al marido de que iba a follarse a su esposa. Este no emitió protesta alguna. Miraba fijamente el tremendo falo de su vecino. Era considerablemente más grande que el suyo, e imaginarse aquella polla abriendo el estrecho coñito de su esposa hizo que casi se corriese en las pantalones. Los vecinos cruzaron una mirada de complicidad. Sus sospechas eran ciertas. El marido era tan sumiso como la mujer, o más. Fue el Ama el que habló a continuación, para con voz autoritaria decir al joven esposo que a qué esperaba para gatear hasta su marido y prepararle la polla para follar a "puta cerda". El pene del muchacho palpitó bajo sus calzones y miró a su joven esposa que le devolvió una mirada suplicante. Después, echo su silla hacia atrás y se deslizó hasta el suelo, gateando a cuatro patas hasta llegar a donde estaba el Amo. Durante unos segundos admiró el largo y grueso pene y finalmente comenzó a lamerlo y ensalivarlo con su lengua.Al igual que María José se había identificado con la sumisa esposa, también ...
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