Yo puta
Fecha: 22/06/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: nena2221, Fuente: RelatosEróticos
... a la recamara; me puse de pie de inmediato, aun con la zanahoria en mi culo asomando por entre la braga de encaje que no me había bajado sino hecho de lado, estaba temblando. El era un joven de unos 26 años calculo, yo apenas tenía diez.
Se quito el arnés y los pantalones sucios de muchos colores de no sé cuantos trabajos de pintura.
Se saco la verga y me pareció enorme, yo conocía ya la polla del conserje pero eso lo tenía bloqueado en esos tiempos más que ahora. Así que solo conocía propiamente la de mis compañeros de escuela que además me encantaba mirar cuando orinaban y a más de uno de ellos los había convencido para que me dejaran que se las chupara. Pero esto era distinto ese pene era realmente enorme para mí. Calculo de unos 17 cm de largo y con esa cabeza que parecía un casco de soldado nazi, así lo veía yo, mi corazón latía a mil por hora de miedo y excitación.
Me tomo fuerte por el cabello y me introdujo ese enorme animal en la boca de un solo golpe, aggg.. sentí que me ahogaba, y comenzó a bombear en mi boca, mientras me decía. Eres una perra puta, no te da pena tan chiquito y tan putito, (su miembro tenía un sabor distinto al de mis amigos, pero me gustaba más, ahora sé que ese sabor era el sabor de su esperma), eso me comenzó a excitar y comencé a mamarle fuerte, estaba decidido a demostrarle a ese señor que podía ser la mejor puta del mundo, podía sentir su glande con mi lengua y también salir un poco de liquido viscoso de su verga tan rica, con ese ...
... sabor tan exquisito, le chupaba tan frenéticamente que me dijo, espera putita que no quiero terminar tan pronto. Eso era nuevo para mí pues los niños de 10 años no eyaculan.
Se quito y me ordeno que me pusiera como perra en la cama de mi hermana y yo sin más obedecí.
Me puse en medio de la cama ofreciéndole mi tierno culito. Pero el me grito además de puta pendeja, ponte en el borde de la cama cabrón. Camine en reversa sobre la cama hasta que quede con las rodillas en el mero borde. Me quito la zanahoria que yo ya había olvidado, y me bajo las bragas hasta las rodillas, se unto una crema que mi hermana tenía en su cómoda, y que yo usaba continuamente como lubricante en mis juegos.
Se acerco y de un solo golpe me la metió hasta los huevos, chille de dolor, y sentí que me desmallaba, me desvanecí pero él me tenia fuertemente agarrado de la cintura, aun recuerdo como fue entrando ese pene tan rico, la sensación del glande partiéndome en dos, era una sensación única, dolorosa, pero al mismo tiempo increíblemente rica, tenía miedo y dolor, jadeaba y lloraba pero no quería que terminara, cuando por fin me la metió hasta los huevos se quedo quieto y poco a poco comenzó a envestirme primero lento y después con una rabia que nunca había sentido, el dolor pronto comenzó a convertirse en placer, comencé a reponerme y a entender todo lo que pasaba, veía mi pequeño pene que en esos años no mediría más de 5 centímetros revotar en mi vientre, miraba como los calcetines dentro del ...