Débora, la amiga recién separada de Elena
Fecha: 29/06/2019,
Categorías:
Anal
Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos
Después de haber follado a esta puta guarra de Elena y que me hubiera abierto el ojete con un strap-on, me llamó, pues quería presentarme a su íntima amiga que se acababa de separar de su segundo marido. Me explicó que ella, lo descubrió jodiendo con su secretaria allí en la oficina de él. Me dijo la caliente fulana de mi amiga Elena, que me vistiera lo más depravado posible, que pareciera un auténtico chulo de putas para que su angustiada y atribulada amiga imaginase y figurase que se iba a tirar a un chulo. Dicho y hecho, me puse mi más obsceno, libidinoso y procaz tanga, mis zapatos negros de charol, una de mis camisas que me acentúan y marcan los músculos y un vaquero que me queda pequeño, pero que me realzan el paquete y el culo y como accesorio, me pondrían mis gafas negras de marca. Me perfumé a tope, para que esta triste amiga de Elena, se pusiera salida y calentorra solo con olerme.
Encaminé mis pasos en dirección de la casa de mi amiga Elena, que estaba harto sorprendida de lo que le había pasado a su amiga y ella quería presentármela a toda costa. Por el camino, pensé que, por una vez, me premiaría y me habló de que muchas de sus amigas casadas pasan hambre ya que sus maridos no las follan o ellos se acaban tirando a sus secretarías como le pasó a esta desdichada amiga. Según iba acercándome y aproximándome a casa de Elena trataba de imaginar y conjeturar como sería su amiga, ya que me había hablado de todas o casi todas y esperaba al menos que fuera atractiva y ...
... con buena presencia y por ende fuera activa en la cama. Me metí en el portal y rápidamente en el ascensor, pues el nerviosismo por conocer a su triste amiga iba en aumento y había que arrancarle esa amargura con sexo rápido y fácil. Llamé a la puerta¡Riiiing! y escuché “¡ya voy!”, creo que era Elena la que respondió al sonido del timbre, y añadió:
—¿eres tú, amor?
—sí, sí, soy yo Elena —anuncié yo.
Miró Elena por la mirilla y a renglón seguido me abrió. Estaba vestida muy putona y algo juvenil y casi me dieron ganas de follarla a ella en lugar de lo que le iba a hacer a su amargada amiga. Y me dio un "piquito".
—Hola amor, te presento a mi amiga Débora —anunció Elena.
Y me di dos castos besos en la mejilla con Débora. Débora era rubia, guapa de cara y llevaba un vestido verde, pero que a la altura de las tetas llevaba unas cintas negras que le cruzaban en forma del signo matemático de "infinito". Calzaba unas veraniegas sandalias de madera y a la altura del empeine se cruzaban en forma de "X". Los tres empezamos a hablar de cosas banales, fútiles e insignificantes y Elena justificó la presencia de su sexy amiga Débora contándome el mal trago y la infelicidad por la que ahora estaba pasando y mencionaba los novios que su amiga había tenido, lo sexy que era y que era muy simpática.
—¿a ti que te parece, Ricardo? —preguntó Elena.
—está muy buena, viste sexy y atractiva y es muy simpática y abierta —opiné yo.
—bueno, pues aquí os dejo y hablad de vuestras ...