-
Malena y Don Antonio (continuación)
Fecha: 28/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: suchabitch, Fuente: CuentoRelatos
Malena demoraba su salida del cole, quería pasar por la plaza y que no la vieran ninguna de sus compañeras. Su idea era devolverle al viejito que siempre estaba sentado en la plaza el dinero que le había prestado para el colectivo. Se preguntaba si era solo eso o si pretendía algo más, todavía recordaba lo mucho que la había hecho disfrutar ese viejito cuando la llevó a su casa y la cogió como nunca antes nadie la había cogido. Solo de pensarlo se empezaba a excitar, cuando vio que ya se habían ido todas sus compañeras salió del cole y se dirigió a la plaza. De lejos diviso sentado en el mismo banco de siempre al viejito y se encamino hacia donde estaba el hombre sintiendo un cosquilleo en las piernas. Don Antonio sintió que se le aceleraba el pulso cuando vio que se aproximaba la rubia colegiala, ataviada con su corta pollerita exhibiendo sus magníficas piernas, esta vez su rubia melena se había transformado en dos colitas a ambos lados de su angelical cara lo que le daba todavía un aire más juvenil. "Un cuerpo de mujer con una cara de nena" pensó Don Antonio mientras sentía que entre sus piernas algo se empezaba a poner duro. Malena se detuvo frente al hombre y tendiéndole un billete le dijo "Le devuelvo lo que me presto Señor, gracias" y empezó a darse vuelta. Don Antonio se levantó del banco y le dijo " En realidad ya me iba de la plaza porque hace mucho calor. Iba a casa a tomar algo fresco, no querés venir?". Malena se detuvo y vio que el viejito verde le estaba ...
... mirando con lujuria las piernas y se pasaba la lengua por la boca. La chica contesto " Tengo clase particular ahora y no quiero llegar tarde, gracias". Don Antonio insistió "Pero si es solo un rato, tomamos un refresco y después seguís" mirándola con expectativa, deseando que ese manjar no lo dejara con las ganas. La chica se quedó pensativa un segundo y dijo "Además Usted me dijo que una chica no debe ir a la casa de un hombre solo". El viejo verde no dejaba de mirar los soberbios muslos dorados de esa pendeja, dijo que no se preocupara que se iba a portar bien y tomándola de un brazo se encamino a su casa. Malena se soltó del brazo y dijo "Esta bien pero solo un ratito porque no quiero llegar tarde" y se puso a andar al costado de Don Antonio. Mientras caminaban la mente calenturienta de Don Antonio pensaba todo lo iba a hacerle a esa pendeja. Llegaron al domicilio de Don Antonio, el hombre hizo pasar a Malena y le ofreció que se sentara en el sillón del living mientras iba por el refresco. Regreso con dos vasos y una lata de refresco, le sirvió a la chica y el mismo tomo un trago. Luego se sentó al lado de Malena. La pollerita de la chica se había subido aún más y sus piernas eran un imán irresistible para el viejo verde. Puso una mano sobre un muslo y empezó a acariciarlo, la chica dijo "Me prometió que se iba a portar bien" pero no le quito la mano de su pierna y el viejo acentuó su manoseo diciendo "Lo que pasa es que tenés unas piernas muy lindas", le paso su otra ...