Nuestro primer encuentro
Fecha: 28/06/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Nuestro primer encuentro. El micro detuvo su marcha en la plataforma de la terminal de ómnibus de Retiro. Mi corazón latía muy acelerado y mi respiración era superficial, me levanté, tomé mi bolso y descendí del micro. Tenía sus instrucciones memorizadas, y caminé hacia el lugar donde nos íbamos a encontrar. Yo sentía su presencia, sabía que estaba mirándome. Ubiqué el banco indicado, justo debajo de la cúpula de cristal. Tenia puesto un vestido negro al cuerpo, zapatos negros de tacos altos, ropa interior de encaje negra, mi cabello suelto y con el maquillaje justo, como me dijo una vez Usted, insinuar pero solo mi Señor me verá. Y me senté con la espalda recta, las piernas ligeramente separadas, las palmas sobre los muslos, la boca entreabierta y la mirada al piso. No sé cuanto tiempo pasó, en un momento siento que esta muy cerca y huelo su aroma, un perfume cautivador. Y una mano se extiende delante mío, no dudo en tomarla y acercarla a mis labios y besar su dorso. En un movimiento muy diestro, tiró de mi mano y con su otro brazo me tomó de la cintura, soltando mi mano la lleva a mi nuca, enreda mis cabellos entre sus dedos y tira hacia atrás mi cabeza, el tirón me sorprendió y abrí la boca, y ahí se acercó y un beso francés nos unió. Mi cuerpo se estremeció, mis piernas temblaban, y mi vagina se humedeció, Usted lo notó, y con más fuerza me sujetó. Mis manos estaban apoyadas sobre sus brazos. La intensidad del beso disminuyó, abro mis ojos, y nuestras miradas se unen en ...
... una sola. Acaricia mi rostro, sonrío y bajo la mirada. Con delicadeza me toma del mentón levantando mi cabeza y de nuevo nos miramos y un suave y dulce beso deja en mis labios. Toma mi bolso y nos dirigimos al estacionamiento, yo estaba muy nerviosa, y en un momento pensé que me desvanecería, lo notó y me sujetó por la cintura. Y me atrajo hacia su cuerpo. Y me sentí segura, cuidada y querida. Subimos al auto, y su mano derecha tocó mi rodilla izquierda y la deslizó por debajo del vestido y llegó a mi entrepierna, un gemido escapó de mis labios y Usted me dijo: - Mi bella sumisa, siempre tan dispuesta para su Señor, pero primero vamos a cenar. Fuimos a un lindo lugar, nos indicaron la mesa y Usted, como todo el caballero que es, corrió la silla, nos miramos y ambos sonreímos. Pidió algo muy rico y un buen vino blanco muy dulce, recordó que le dije, que bebería algo con alcohol, si es muy dulce. No dejaba de mirarme y yo estaba muy sonrojada y más con el vino. Conversamos un poco, cosas sin mucha importancia, pagó la cuenta y rápidamente estaba a mi lado retirando la silla y tomó mi mano y nos retiramos del lugar. Subimos al auto, nos miramos y nos fundimos en un beso salvaje, metió su mano por mi escote y mis pezones estaban muy duros, sus dedos los retorcieron y el dolor me excitó todavía más. Mi mano descendio hasta su miembro y pude palparlo, pero Usted tomó mi brazo, me sentó como corresponde y me abrochó el cinturón de seguridad. El trayecto fue corto. Estacionó el auto, ...