El manitas, el cornudo consentido y su mujer (2ª parte)
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... miembro erecto y me dispuse a penetrarla. Antonio se levantó y me pasó un preservativo. Me lo puse y penetré a Clara que se había incorporado. Follamos en esa postura durante un buen rato. Luego la giré y levantando su pierna izquierda, me la follé así, apoyados en el fregadero como aquella vez. Al cabo de un rato, Antonio se levantó y mientras me seguía follando a su mujer, le chupó las tetas. Yo me excité mucho y acabé corriéndome dentro. Me salí y entonces Antonio, besó a su mujer y acabaron follando también. Ahora era yo el que los miraba. Cuando acabaron, me pagaron por mis servicios y me despedí de ellos. Llegué a casa agotado. Decidí darme una ducha y ensayar mi estrategia para el día siguiente.
El nuevo día llegó y me dirigí a la casa de mi nuevo matrimonio. Me abrió la mujer y me guio hasta el baño. Me dijo que al parecer, el grifo del lavabo no funcionaba bien y que su marido se había empeñado en llamar a su cuñado y eso, pero que no tenía ni idea de fontanería y que al ver mi tarjeta se había alegrado mucho, porque yo podría repararlo. Le dije que sí, que no había problema. Ella me quitó una toalla que habían puesto en la cañería y me puse a trabajar. Después de un rato, abrí el grifo aposta y nos salpicamos los dos. Ella salió del baño y regresó cambiada con un vestido ligero que dejaba adivinar sus pezones. A mí me secó bien con una toalla y me sonrió. Al parecer su marido no estaba en casa. Terminé con el grifo, y no sabía que había pasado, porque aún no ...
... se había rendido a mis encantos. ¿Cómo podría dar el paso? Tenía que pensar rápido. Aunque fue ella la que me dio la idea.
-Deberías tomar una ducha. Me dijo. Estas sudando.
-Creo que es una buena idea. Si no le importa.
-Por supuesto. Te traeré una toalla seca.
Volvió y yo me había quitado la camisa. Estaba desnudo de cintura para arriba. Iba depilado y se me quedó mirando.
-Se te marcan los abdominales. Me dijo. Estas fuerte.
-Pues sí, me gusta cuidarme.
-No como mi marido, que está cada día más gordo.
-Parece majo.
-Sí, es buena persona, pero... a veces parece que no me quiere.
-¿Y eso?
-Hacemos poco el amor. No sé si debería contarte esto, jeje. No tengo confianza contigo, pero bueno, ya que estas aquí, permíteme que me desahogue contigo.
-Pues eso, siguió, que hacemos poco el amor y mal. Tengo que aguantarle encima de mí y encima no dura nada. Empezamos a hacerlo y enseguida ha terminado.
-¿Quieres decir que se corre enseguida?
-Sí, no quería decirlo así, pero se corre enseguida. No quiere ir al médico, dice que los hombres no tardan nada y que así es.
Me acerqué a ella y miré sus labios.
-Deberías ducharte. Y me pasó la toalla.
Yo volví a mirarla y ella se enrojeció.
-¿Cuánto tiempo hace que no tienes un orgasmo?
-Masturbándome hace un mes, pero haciéndolo con el mucho más. Y encima me siento mal cuando me masturbo y no lo hacemos.
Dejé caer la toalla y la besé. Ella no opuso resistencia. Tras besarnos un buen ...