Como conocí a Diego...
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: johansarkisian, Fuente: SexoSinTabues
... siente nada más… Era verdad. Mi curiosidad había tomado el control de la situación, yo solo quería que Diego se sienta seguro conmigo. Hubo una segunda, y más larga pausa. Era un manojo de nervios, tratando de calmarme con mis pensamientos. Diego sugirió que viéramos videos de música y yo accedí para cambiar de tema. Después de un rato de mirar a la pantalla con cara de serios, él me pregunta si puede poner una porno. No recuerdo haber dado una respuesta concreta, pero la ambigüedad que haya salido de mi boca fue tomada como una afirmación. Una rubia con grandes tetas era brutalmente follada por dos negros, todo en completa alta definición, y a mí parecía no importarme. Seguía nervioso, sentía un cosquilleo en la palma de mis manos que me obligaba a estar moviéndome constantemente. Miraba a todos lados, porque la situación estaba excitándome -Diego y yo, solos, viendo una porno- y simplemente no podía permitirlo. Aunque, uno es humano… Y un leve bulto emergía de mis pantalones. Tratando de ocultar mi ya avanzada erección, había olvidado por completo que mi Dios griego la tenía toda en su esplendor, debajo de sus pantalones. Se la tocaba con soltura, como si yo no estuviera, y miraba a la pantalla muy fijamente, como pegado al contenido, o tal vez tratando de ignorar sus pensamientos en ese momento. Hasta me provocaba algo de miedo, porque hasta hace un momento estábamos normal, pero ahora su comportamiento era totalmente distinto. Se la tocaba tanto… Sus dieciocho ...
... centímetros en ese pantalón me volvían loco, y yo juraba que se la estaba viendo de manera discreta, hasta que… -¿Me la vas a seguir viendo? Un golpe en seco me trajo a la realidad. Estaba ahí, observando directamente su verga, levanto la mirada y ahora lo veía a él. -Ehhh, no sé de qué hablas bro… Yo solo estaba… -¿Te gusta? -Bueno… No sé qué decir…. Volví a mirar a la pantalla, como un niño cuando era descubierto en su travesura. -Ven, tócala. Diego coge mi mano y la acerca hacia su trozo de carne. Mi mano estaba ahí, encima de su bóxer, suave y temblorosa, pero mi excitación era tan grande que acabé sujetando su verga. Estaba dura pero a la vez era suave, firme e imponente. Comencé a mover mi mano encima de su ropa interior, lentamente, hasta que veo como se la saca. Al verlo por primera vez me quedé asombrado por su tamaño. Era largo, muy largo, y también muy grueso. Estaba rodeado por una fina mata de vello púbico, que rodeaba los abdominales de Diego y acababa en su ombligo. La cabeza del pene era grande y rosada, y estaba cubierta por un prepucio dado de sí. También pude ver que los huevos eran grandes, y estaban recubiertos por un suave vello marrón. Muchas venas rodeaban el miembro, dándole un aspecto de lo más varonil… -Bueno, ¿te gusta? Mi cara de hipnotizado debió servir como respuesta. Ahora lo veía masturbarse con una mano, y con la otra se levantaba la camisa para que no molestara su erección. Es que para un pene tan grande, tienes que hacer espacio. -Se me está quedando ...