El mejor 69
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Dolores, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Lola, tengo 18 años, soy blanca, pecas en la cara y en todo el cuerpo, mido 1,60, tengo el cabello rojo, largo hasta la cintura y en esta ocasión les quiero contar acerca de mi mejor 69, el mejor que he tenido en mi vida y lo tuve con un chico mucho mayor que yo, y es también mi mejor amigo, y mucho más que eso, es mi padre, quien me adoptó hace algunos años ya.
Con respecto a él podría describir primero la parte física que más me llama la atención, su verga. Su pene es un monstruo mutante, mide alrededor de 30 cm., sus venas se le hinchan de una manera que me excita muchísimo cuando él se encuentra bellaco, la cabeza de su verga es brillante y provocativa, su color es fuera de lo común, ya que es roja y rosada igual que mi vulva, sus bolas son grandes y parecen una fábrica hirviente de semen cuando se lo mamo, tienen pocos pelos y son de color amarillito, no incomodan más bien ayudan a absorber la saliva en el momento en que se lo estoy mamando.
Todo comenzó unos tres meses atrás en una de esas mañanas en las que mi madre adoptiva se iba al trabajo muy temprano en la madrugada. Ya era costumbre para mi padre levantarse todos los días a esa hora para poder hablar conmigo sobre las cosas que habíamos hecho el día anterior, pero algo fuera de lo común sucedió una de esas madrugadas. Él me pregunto que si había tenido algún sueño caliente y casualmente había tenido un sueño húmedo, muy erótico, con un amigo que vive en Barcelona, entonces me pregunto si tenía ...
... mojada la ropa interior y le dije que sí.
Al escuchar esto se puso muy excitado y se metió conmigo debajo de las sabanas, me empezó a ver a los ojos, a respirar más fuerte y me empezó a acariciar la cabeza, me pidió que me acercara más que no me iba a hacer nada que no quisiera, pero mi instinto me decía que si me acercaba más algo iba a suceder.
De repente me preguntó: ¿Puedo probar tu flujo vaginal?, la pregunta me impactó, me dejo atontada y fuera de mí, pero como nos tenemos tanta confianza le dije: mira papá no seas tan puto, cabrón, ¡¡¡bellaco de mierda!!! (riéndome). Él empezó a tocarse ahí abajo en su pene. Ya se lo había visto algunas veces, pues cuando mi madre no está él se desnuda frente de mi para cambiarse la ropa sin problemas. Él empezó a hacerse la paja y yo aproveché para quitarme la tanga que la tenía enterrada entre mis nalgas en la raja del culo y ya me estaba molestando, pero me di cuenta que nuevamente me estaba mojando y en realidad también me estaba excitando.
Para justificar mi excitación levanté y coloqué un cd con reguetón, un ritmo súper erótico que me pone muy caliente y loca. Comencé a bailar moviendo mi culo en forma circular, de arriba a abajo frente a su rostro, y mi excitación crecía cuando sentía su mirada clavada en mi cuerpo particularmente en mi vulva que no tiene ni un pelo y cuando me excito se me pone gorda, hinchada, mojada, brillante y rosada.
Cuando la cantante gemía mi papa también gemía, yo estaba ya que no aguantaba más ...