Lilia
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... produjo las contracciones de su vagina al obtener su placer, fue la misma que llamó, originó y provocó el mío. Fue prolongado, fue delicioso, ¡parecía amor!. Dos veces más lo hicimos, las dos con las mismas satisfacciones. Pero llegó el final. Un día, sin previo aviso, mientras estaba yo en la escuela, llegaron por ella. Según me platicó mi tía se fue llorando porque no se despidió de mí. Fingiendo desinterés dije: - Puede despedirse mañana o cualquier día -. A lo que agregó: - No. Mañana se va a Acapulco con su abuelo que vino por ella. Van a quedarse allá para estar al cuidado de la herencia y de las citas del juzgado - . Hice un mohín de indiferencia, pero mi tía, que no era ninguna idiota, me soltó con sarcasmo: - ¿Estaba rica, verdad? - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A modo de epílogo. - Nueve años después, una tarde que llegaba yo a casa, vi. a tres mujeres paradas frente a la casa donde vivían los abuelos de Lilia. ¡Caramba, una de ellas era Lilia!, me reconoció y me ...
... saludó con una inclinación de cabeza y una sonrisa. Se me revolvieron todos los contenidos y procesos cerebrales, no sabía que hacer, pero no tuve que pensar mucho, la vi pasar por la acera de frente a mi casa. Esperé a que diera la vuelta en la esquina y la seguí; mientras lo hacía pude ver la bella y sensual espalda de una mujer que tenía en el color y hasta en el movimiento de las caderas el sello que imprime costa tropical del Pacífico mexicano. - Hola Lilia, ¡Que gusto me da verte! ¿te ibas a ir sin despedir otra vez? -. - Que tal chivito, ¿de donde sacaste ese bigote?. Caminamos hasta el Parque María Luisa y nos sentamos en una banca. Después de hablar banalidades un rato pensé en besarla. Ha de haber captado mi intención. - Estoy casada -. Me dijo, - desde hace tres meses. ¿Porqué no me buscaste?. Pensé que lo harías. estuve esperando. -. No supe que decir. Se levantó y con voz queda agregó: - Adiós chivito – y se fue alejando mientras miraba yo fascinado el movimiento de caderas que imprime en las mujeres la costa tropical del Pacífico mexicano.