Lilia
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... la parte trasera de la falda del uniforme de la escuela que no se me había ocurrido levantar. Me alarmé mucho y con voz autoritaria le dije: -Vete a cambiar la falda y me la traes para lavarle el pedazo; después ve al baño y lávate allí con jabón y hasta después te pones los calzones. - No pasó nada, no me acusó, pero me reclamó: -¿Que me hiciste?. ¡Me salió sangre!, ¡eres un animal, un chivo! - -Pero ya no te volverá a salir, te lo aseguro. Tampoco te va a arder. - -¡Pues tampoco me voy a dejar!- Pasaron varios días, casi no nos habíamos visto y tampoco me había gritado ¡chivitooo!. Una noche regresaba a casa después de haber jugado frontón hasta que la falta de luz lo impidió y la vi parada en la puerta con una pelota en las manos. -¿Y mi tía?- le pregunté mientras daba un manotazo a la pelota. -Está viendo la tele con Emilita. - Me contestó y al hacerlo levantó la cara. La luz de la luna llena la iluminó y la vi hermosa. Me regresé y la besé con intensidad, con pasión. Bajé la mano que tenía en su cintura y le empecé a sobar las nalgas; le levanté el vestido y proseguí, las tenía duras, lisas y frescas. Cuando traté de llevar la mano hacia la fisura, las apretó con firmeza para impedirme el paso. -Ven-. Le dije y la jalé de la mano hacía el cuarto de planchar. - No. ¿Eh?. Ya sé lo que quieres pero no ¿eh?. Le grito a tu tía ¿eh?. . Entramos, cerré la puerta, eché el pestillo y no prendí la luz, me quité la camisa y fui hacia ella. Así, con el torso desnudo la besé y ...
... mientras lo hacía le desabroché los botones que el vestido tenía por la espalda; me separé un poco y jalé hacia abajo, el vestido cayó a sus pies. Tenía puesto un pequeño corpiño de punto. La besaba yo frenético en todo lo que estaba a mi alcance pero me di maña para soltar el cinturón y los botones del pantalón que fue a alcanzar al vestido en el suelo. El beso seguía y ella participaba, su mano derecha estaba apoyada en mi antebrazo, bajé éste y bajó su mano, la tomé y la puse rodeándome el miembro. Apretó. Meneaba la cara mientras nos besábamos y nuestras lenguas se frotaban. Deslicé las manos sobre sus nalgas y los calzones iniciaron el descenso; con la mano que tenía desocupada trató de impedirlo pero no lo logró (la otra no soltaba lo suyo). Tuve que agacharme y obligarla a que levantara un pié para completar la maniobra. -No chivito, te digo que no, eso que me hiciste es malo y arde . . . y duele . . . y sale sangre . . . . - -Te dije que quería verte sin ropa y me dijiste que tú también querías verme ¿no?. Pues ahorita es cuando vamos a vernos. - La pérdida de los calzones hizo que se cubriera con la mano que había tenido ocupada; con la otra defendía su corpiño, pero tubo que ceder porque lo levanté y empecé a tocar y acariciar su chichita. Se quedó muy quieta y su respiración volvió a ser agitada; por propia iniciativa volvió a rodearme con los dedos y me ofreció su boca. Nos besamos furiosamente, tanto que ya sentía los labios hinchados. Sin resistencia la lleve a la ...