1. 43.3 ¿Placer, deber?


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... uno de sus dedos, pasando mis labios desde las uñas hasta terminarlos y dejé mi mejilla en el dorso, notaba el fino vello negro de sus falanges en mis labios mientras miraba el perfil de su rostro, lo que se me ocurrió decirle no estuvo muy acertado.
    
    -¿Ya no te afeitas todos los días?, te vas a parecer a Nico. –me di cuenta de la improcedencia de mi comentario, pero no vi reacción alguna en él salvo una ancha y hermosa sonrisa.
    
    -Ya que lo nombras llámale y dile que en una hora estaremos en el hotel. –antes de abandonar su mano volví a besarla de nuevo, ahora por el lado de la palma y comenzó a encoger los dedos, nervioso.
    
    -Me haces cosquillas, ¿cómo está tu amigo el árabe? -me cogió de sorpresa y por un segundo pensé que había adivinado la noche que pasé con él, sentí el calor en mi rostro, pero él iba atento a la carretera sin mirarme.
    
    -Está muy bien, ya se levanta y anda por la calle. –quería cambiar de conversación y no acordarme, estando él ante mí, de lo pasado esta semana.
    
    Para distraerme llamé a Nico como me había pedido, estaban paseando por el pueblo y me dijo que nos esperarían en el hotel. Agradecí en ese momento el no verme a solas con Gonzalo y tener nuestro tiempo ocupado hasta que mi ánimo se volviera a sentir bien. Llevábamos un rato en silencio mirando el paisaje que se deslizaba a nuestro lado.
    
    -¿Me vas a contar el porqué de tu preocupación? –notaba como se le ponían blancos los nudillos de sus manos al sujetar con fuerza el volante, la ...
    ... piel en sus pómulos ya no estaba tan tirante y su rostro estaba sereno, como le recordaba de siempre. Acerqué mi mano para colocarla en su muslo.
    
    -No estoy angustiado ni preocupado, no me pasa nada, quizá me sienta melancólico. –antes de que me volviera a preguntar continué.
    
    -Antes de que tú llegaras estaba escuchando a Tchaikovsky, estuve recordando su historia tan triste, vivir la homosexualidad en aquella época que le tocó a él y a su hermano, y pienso en la suerte que tenemos hoy los homosexuales, por lo menos en algunas partes del mundo. –puso su mano sobre la mía y la comenzó a apretar.
    
    -¿Solo es eso? Bueno, vamos a disfrutar de la suerte que tenemos.
    
    -No es lo mismo para ti que para mí Gonzalo, a ti también te gustan las chicas y en aquella época podrías haber vivido sin problemas, pero un homosexual al que solo le gusten los hombres, tenía que ser terrible el vivir sin tener a quien querer y podérselo decir.
    
    -Tienes razón, pero no te pongas triste por eso, nos esperan para pasarlo bien, ¿de acuerdo? -callamos durante unos momentos y luego surgieron otros temas.
    
    -Mis abuelos desean que vayas a Londres un fin de semana, querrán ver cómo nos llevamos y esas cosas que a ellos les deja tranquilos. –se reía no sé de qué.
    
    En el parking exterior del hotel había pocos lugares sin ocupar, tenían que tener muchos huéspedes, sacó las maletas y pretendía llevar las dos.
    
    -Gonzalo puedo llevar mi maleta. –me miró encogiéndose de hombros y me la dejó llevar. ...
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