Mi esposa y mi fantasía
Fecha: 19/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... locuras, decidí un día que nos fuéramos de reventón por ahí, iniciando a las tres de la tarde de un viernes hasta que ya no aguantáramos más. Para tal efecto la cité en mi trabajo a esa hora, a las tres, ya que es la hora en que salgo a comer, sin embargo yo ya no regresaría pues me iría con Mary.
Al dar las tres de la tarde de ese día, mi esposa Mary llegó a mi oficina, causando estragos en mi mente y en los ojos de mis compañeros de trabajo. Llegó con una minifalda de color azul rey, tela durazno (de esas que se untan al cuerpo sensualmente). El diseño de la minifalda era algo avergonzante, ya que era tan diminuta que apenas cubría las redondeces de sus nalgas. Todo era un conjunto, para lo cual la parte superior cubría su busto dejando un escote amplio, ya que tan sólo se detenía el vestido en la parte superior sólo se sostenía por un pequeño listón que rodeaba su cuello. Su cabello arreglado para la ocasión y un maquillaje que la hacía resaltar su bella boca pequeña, su naricita respingada y esos ojos seductores que lanzan miradas de deseo. Llevaba un par de zapatillas altísimas y lo más impactante: no llevaba medias en sus piernas.
Al pasar a mi privado, se sentó, dejando ante mí un agradable panorama, ya que su minifalda, se recogía naturalmente al sentarse, exhibiendo sus piernas totalmente y mostrando entre ellas, una prenda blanquísima ( su tanguita), provocando que no dejara de verla. Sus senos se apreciaban sin sostén e invitaban a mirarlos detenidamente ...
... ya que incitaban por mostrar algo más de sí, por el escote tan pronunciado. En una ocasión en que ella se inclinó brevemente para acomodarse su zapatilla derecha, logré admirar su pezón erecto libremente al extenderse la tela dejando tan maravillosa vista.
Al preguntarle cómo había llegado, me excitó aún más al decirme que había decidido tomar un microbús (transporte pequeño en México, buseta en algunos países sudamericanos), lo que me puso cachondon pues en esos transportes todo se ve, y todo se intenta. Ya me imagino al chofer al verla subir y a los pasajeros al verla sentar.
Ya estaba por recoger mis cosas y Mary me comenzó a platicar algo que me dejó pensativo.
-Mi amor, ahora que nos vayamos a comer, no quiero que me lleves a un restaurante formal, como es viernes, que te parece si me llevas a una cantina (restaurante donde te cobran la bebida, mas no la comida, por lo que es frecuente que la gente salga de ahí ebria).
Otra cosa que me dejó pensativo fue que Mary me indicó, que ella se adelantaba para reservar el lugar y que yo llegara posteriormente.
Y eso ¿por qué, mi amor? - le pregunté inquieto. -Es que déjame decirte que hoy me siento otra, como que deseo romper con las reglas y por eso quiero hoy hacer más cosas -. Salió sonriente y al tomar el elevador, volteó y me sonrió.
A los quince minutos salí corriendo hacia el BAR ANTONIOS, y al llegar realmente tardé en encontrarla. Al verla sentada, me dirigí hacia ella, quien ya había tomado dos copas, ...