El chico del tren
Fecha: 18/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... miembro erecto. Agarra mi cabeza (la de pensar; si es que ahora estoy para pensar en algo) con sus manos y me conduce hacia su plenitud que muestra un capullo enrojecido y palpitante. Abro la boca para aprisionarlo entre los labios. La lengua recorre vacilante el contorno de la joya deseada, impregnándose de los sabores y olores antes intuídos y ahora descubiertos. Me detengo a respirar profundamente y, en un instante, mi garganta hace presa en la carne cálida, rotunda, llena de vida. Extraigo su miembro y mis labios transitan por la piel que recubre el tronco de la vida. Alcanzo de nuevo la copa lujuriosa de su árbol que parece eternamente inabatible. Juego con las esferas que guardan las semillas de su secreto vital. Alzo mi cara y navego con mis labios y mi lengua por su cuerpo. Me pierdo investigando las formas de sus pezones, duros, desafiantes. Clavo sin recato mis dientes en ellos, sin maldad, sólo para sentir su piel flexible ceder a la presión del instinto. Asciendo hasta sus hombros y aspiro la fragancia almendrada y amarga. Me detengo lo imprescindible para continuar, luego, la conquista de la cumbre. El cuello musculoso y perfecto suspende por un momento la escalada. Los labios lo recorren, besando ansiosos la nuez que sobresale. En un último esfuerzo alcanzo la cima. Exploro sus parpados. La lengua cosquillea sus lóbulos que arden. Retrocedo. Mi lengua se pierde en el sendero de sus labios. Cae en la sima de su boca y, allí, suplica desesperada el ...
... premio. Su lengua se encuentra con la mía y entabla un fiero combate. Se juntan, se enrollan serpenteantes la una en la otra. Buscan ansiosamente los dientes, las encías, mientras las manos recorren nerviosas el cuerpo, la piel del otro. Finaliza la lucha y mi boca se retira a sus primeras posiciones. Se acerca excitada al ansiado retiro y recorre nuevamente la forma conocida de su pene. Un espasmo, un gemido apenas pronunciado, y estalla el volcán que parecía dormitar lanzando su lava blanquecina a la cueva oscura de mi boca.
Me sonríe. Agacha el cuerpo haciendo ofrenda de la sima deseada. Mis manos amasan presurosas su carne temblorosa. Recorro el desfiladero entre sus nalgas. Palpo ansioso la entrada del deseo. Acaricio los bordes de la cueva adornada por un pequeño bosque sedoso. El arma de la ofrenda está lista para comenzar el sacrificio. Se instala en la antesala del templo. LLama suavemente a la puerta. Se resiste. Una nueva llamada hace ceder la oposición. Lentamente penetra venciendo la resistencia calculada. El cuerpo se contrae y sus caderas comienzan lentamente una danza sensual de movimientos cadenciosos. El baile se ajusta al compás del instinto. El ángel del deseo avanza y retrocede con ímpetu renovado El ritmo se incrementa cada vez más. Estamos al borde del......
Siento que algo agitaba mi hombro. Abro los ojos. El revisor me indica que mi parada es la próxima. Miro desconsolado al viajero que sonríe pícaramente. ¿HABRA SIDO UN SUEÑO?...