Amarga sumision por tu cojones - Relatos Eróticos

Amarga sumision por tu cojones

Querido Goyo, acabo de llegar a mi casa, solo y sin poder estudiar porque llevo tu sabor adherido a mi aun, y con la enorme sensacion que hoy acepte y comprendi el sitio que me asignaste el dia que te fijaste en mi. Todo empezo el pasado 7 de octubre cuando en At substation te me acercaste, desnudo, con tu cuerpo de hombre iberico y lo que viene siendo la polla mas grande que jamas tuve dentro de mi, no te lo negare, ese dia se me fueron los ojos a tu entre pierna, sin saber aun lo grande que podia llegar a ser, pero en nada tu maldita labia hizo que subiera la vista y que me encandilaras por muchos mas motivos. Tampoco me las voy a dar de ingeniuo, ni de florecilla inocente, yo que voy a ese club a lo mismo que todos, a follar, vi que eras un picaflor, un tio al que le gustaba lo joven y con la experiencia como para convencerlos. Tardaste poco en hacerme reir y no mucho tiempo mas en agarrame el culo e invitarme a ir contigo a una habitacion privada. Me cogiste de la mano, me dejaste entrar primero y me azotaste, un simple azote que desato mi lado mas sumiso, el que queria complacerte esa noche, el que deseaba a toda costa que ,e hicieses tuyo, al menos esa noche. y empezaste a ello, entre besos y caricias combinadas con azotes y gemidos y con 25cm duros entre tus piernas que te juro cuando me rozaron la pierna no pude contenerme y observar con admiracion, para simplemente tu sonrisa y tu invitacion la que acepte sin pensarlo. y como tu quisiste me puse de rodillas, y ...

... delante de mi tu polla dura y venosa, gorda como si de algo parecido a un miembro de un animal equestre se trarara con esos enormes huevos colgando de ella abri mi boca y tu entraste en ella, al ritmo de tus gemidos, de ver como mirabas hacia arriba mientras poco a poco yo te hacia mi mejor mamada que a cada paso aumentaba en sabor a ti, ese sabor que tanto me engancho, el que mientras escribo estas lineas sigo notando en mis entrañas. Hasta el punto de que decidiste parar, y abrir ese botiquin que te ponen en el privado y decidiste empezar a lubricarme, a meterme tus dedos, poco a poco y decirme lo abierto que estaba con tu sorpresa de saber que yo estaba mas que listo para ti. y hoy me pregunto si realmente lo estaba, no para ser penetrado, sino para estar muy muy dentro de mi y no tengo respuesta, solo se que me miraste con tu sonrisa picarona y tu voz labiosa y me dijiste como una dulce amenaza que si queria sexo deberia ser a pelo, que tu estabas y estas sano. y no pude decirte que no y tu sabias que ahi ya no habia marcha atras para mi, me tenias en tu terreno, a 4 patas, postrado y ofrecido ante ti, dispuesto a darte placer, y asi lo hiciste, la pusiste en mi culo, ambos huntados de lubricante hasta arriba y te abriste paso entre mis nalgas al mismo tiempo que mis gemidos, unos de dolor y otros de placer, esa extraña sensacion que es tener algo tan grande entre tus nalgas y que llegue hasta el fondo, que sientas esos huevos golpenado contra los tuyos y que vengas y me digas ...